miércoles, 21 de noviembre de 2007

Entrevista a Gloria Bordons

Glòria Bordons: “El poema-objeto se puede mantener, si tú quieres, dentro del libro. Pero si tú lo deseas, puedes salir de él”.

Glòria Bordons es catedrática de Filología Catalana en la Universidad de Barcelona, España. Ha contribuido ampliamente en la investigación, organización, promoción y divulgación de la obra de Joan Brossa, de quien tiene varios libros publicados, numerosos ensayos, fotografías, entrevistas y páginas webs. Ha realizado un sin número de estudios preliminares y propuestas educativas de carácter global sobre la obra de Brossa, que intentan explicar las claves de su poesía y ofrecer una orientación para su lectura. Por nombramiento del propio poeta es patrona de la fundación que lleva su nombre. Como profesora, destaca su labor en el campo de la enseñanza de la literatura en general; específicamente en el campo de la poesía, de la poesía experimental y de vanguardia. En los últimos años ha dirigido el grupo de investigación “POCIÓ, Poesia i Educació” de Barcelona. Entre sus libros más importantes destacan: Aprendre amb Joan Brossa (Barcelona, España: Universitat de Barcelona, 2003); A partir del silenci. (Barcelona, España: Cercle de Lectors y Galaxia Gutenberg, 2001) y Introducció a la poesía de Joan Brossa. (Barcelona: Edicions 62, 1988).


Gloria Bordons con Franklin Fernández, en Maracay, 2007.

Franklin Fernández.

F.F. -Ya lo hemos hablado fuera de la entrevista, pero creo es importante aclarar nuevamente la razón que la trae a Venezuela. Primordialmente, fundamentalmente, ¿qué la trae a Venezuela?

G.B. -Vengo por el congreso del ENDIL¹, en el marco del XXVI congreso nacional que se celebra en este país. Ellos me han invitado. Creo que es una oportunidad única ¿no? Los organizadores me proponen que exponga alguna cosa sobre aprendizaje de la literatura. Como estoy trabajando bastante en un proyecto de “Poesía y Educación”, pensé que también era una manera de darlo a conocer y también presentar las páginas webs que llevo.² Y evidentemente creí que esta era una oportunidad de ver a Franklin, de conocerle, que llevamos años charlando sólo a través de correo electrónico... Y bueno, sí, es eso primordialmente lo que me ha traído a Venezuela.

F.F. -Imagino que dentro de los temas educativos que le proponen los organizadores del ENDIL, no hablará usted únicamente sobre educación y literatura en general, sino que, además, introducirá algún tema específico sobre poesía, concretamente sobre la poesía visual de Joan Brossa. Intuyo que hablará de su vida, de su obra y de la fundación que lleva su nombre…

G.B. -¡Aunque no quiera! (Risas). Pero, sí, normalmente siempre comento algún texto de él. El congreso es de lingüística y literatura en general, pero por ejemplo, en mi taller, después de hacer una introducción, trabajaré especialmente sobre un itinerario temático y en esta oportunidad he elegido el tema bélico; es decir, un itinerario sobre la guerra. Muestro obras de artistas y poetas que trabajen el tema, directa o indirectamente. Y evidentemente voy a mostrar obras de Brossa que tienen que ver con el tema bélico, como por ejemplo la instalación “Intermedio”, que tú bien conoces. O también aquella otra obra titulada “Objetor”. Obras también como aquella que antes te he enseñado de la poeta Julia Otxoa, “Antimilitarismo”. O sea que, dentro del contexto, hay algunos poemas-objeto. Además, muestro poemas de Ángel González o de otros poetas contemporáneos españoles que trabajen o hayan trabajado sobre los conflictos bélicos. Y no sólo poetas españoles, porque lo que me interesa es romper con los nacionalismos. La gente habitualmente, al menos en el mundo de la filología, siempre parte de una literatura nacional. Es decir, los que hacemos filología catalana, trabajamos con literatura catalana; los de filología hispánica, literatura española; y más concretamente de la península ibérica, casi sin contar para nada con lo que se hace al otro lado del océano. Yo hace tiempo que trabajo con un concepto muy amplio de poesía, y además lo hago sobre cualquier literatura. Eso sí, con textos traducidos. A través de la traducción puedes tener acceso a otros lenguajes, a otros idiomas y a otro tipo de gente. Puedes conocer sus ideas y esto hace posible entender sus problemas. En este itinerario de que te hablo, por ejemplo, al lado de Joan Brossa están un poeta iraquí, una poeta eslovena que habla de Kosovo, un poeta sudanés que siempre da muy buenos resultados porque le impresiona mucho a la gente lo que dice. A partir de ahí, trabajo construyendo. Trato que las personas que participan en el taller, reflexionen, indaguen, relacionen, saquen sus propias conclusiones, etc…

F.F. –Pero, en el fondo, ¿cuál es su verdadero interés por la guerra?

G.B. -Bueno, es un tema social, un tema actual, ¿no? Ese material que recopilé, lo comienzo a trabajar cuando empieza la guerra de Irak. En el año 2003 realizamos una experiencia en la Universitat de Barcelona, específicamente en la facultad donde yo trabajo. Como había alumnado procedente de distintas áreas, me puse en contacto con una profesora de la asignatura de enseñanza de la historia (yo daba “el cuento en la literatura catalana”) y las dos decidimos que teníamos que hacer alguna cosa juntas. Empezamos a recopilar textos, fueran literarios o no, alrededor de los conflictos bélicos de todas partes del mundo, en la actualidad y también a lo largo de toda la historia, aunque había, lógicamente, mucho más material del siglo XX. También se lo propusimos a los alumnos. Éstos buscaron material por internet y también participaron. Y a partir de todo lo que recogimos hicimos una selección y montamos un itinerario. Un itinerario, digamos, físico. Estamos ubicados en un campus que tiene muchos árboles, hay mucha naturaleza. Sencillamente, pues, clasificamos los poemas o los textos y los íbamos colgando de los árboles, luego hicimos un recorrido por ellos, los leímos y los comentamos. Recogimos esta experiencia en un artículo y seguidamente, en algunos cursos de formación de docentes. Intentamos transmitirles esa posibilidad de trabajo a partir de la actualidad, de temas que puedan interesar personalmente a los alumnos, y sobretodo demostrar cómo la literatura puede servir para reflexionar, para expresar la propia opinión y contrastarla con los demás. Eso era, en principio, lo que nos interesaba… y lo que aún nos interesa.

F.F. -Mencionaste dos de las obras más importantes de Brossa que hacen referencia a la guerra; “Objetor” e “Intermedio”. Desde la perspectiva de Brossa, ¿cómo era la guerra? ¿Cómo la percibía?

G.B. –Bueno, sí, las dos obras son evidentes e importantes. Pero es que Brossa tiene muchas otras cosas sobre la guerra. Por ejemplo, tiene muchos poemas escritos, aparte de poemas visuales y de poemas-objeto. Tiene poemas sobre las guerras del momento…

F.F. Precisamente. Imagino que “Intermedio” tiene que ver con la guerra del Golfo. Me refiero a la guerra anterior, la de los años noventa... Como la obra es de 1991, por lo tanto alude y hace referencia a esa guerra, ¿no?…

G.B. -Creo que… yo no recuerdo, tal vez sí. De la guerra del Golfo Brossa tiene muchos poemas. De Vietnam, bastantes. De la que le tocó vivir en carne propia, la guerra civil española, también tiene poemas. De Nicaragua, también... O sea, de todas partes. Brossa era un hombre que estaba atento a lo que pasaba por el mundo, y para él la guerra es una cosa que organizan unos pocos por intereses, y siempre son una minoría. Y los que quedan mal parados no son precisamente los de esa minoría, sino que es la gente del pueblo normal y corriente, y por lo tanto era totalmente y declaradamente antibélico y objetor…

F.F. –Y antimilitarista, anticlerical...

G.B. -Sí, totalmente. Brossa era un antimilitarista. También era anticlerical. Brossa era un antimilitarista por lo que representó y representaron durante toda la época de la dictadura franquista, digamos, los tres poderes básicos: el capital, la Iglesia y los militares. Representaban tres poderes que lo controlaban todo… Mucha de su poesía sencillamente es una rebelión en contra de esto. Y la crítica brossiana es una crítica feroz de estos tres poderes. Crítica feroz hasta dejarlos al borde, digamos, de la ridiculez. Cuando se trata de poesía literaria, Brossa tiene sonetos abiertamente insultantes en contra de los militares o en contra de los curas, o del capitalismo…

F.F. -Usted fue gran amiga de Brossa ¿Podría hablarme ahora, precisamente, no del Brossa poeta, sino del Brossa amigo?

G.B. -¡Una persona excepcional! Creo que alguna vez ya te lo he contado por e-mail. Para mí fue como un padre. Mi padre intelectual, digamos, ¿no? O sea, tu padre te ayuda en la vida y Brossa, evidentemente, me ayudó mucho. Era un ser ejemplar. Le conocí de muy joven, cuando yo tenía 21 años. Pero antes ya le conocí a través de los libros. Desde los 15 años o antes, a mi me gustaba mucho la literatura, esa literatura así como un poco rompedora, vanguardista. En el terreno de la filología catalana había leído, por ejemplo, a Foix... Pero nadie me había hablado de Brossa. Cuando lo descubrí me encantó y creí que me habían estafado (Risas), una parte de lo que para mi era importante (Risas)… Entonces, pues, fui a entrevistarle y de allí surgió una larga amistad personal… y todo lo demás ¿no?

Recuerdo que fue a partir de Em va fer Joan Brossa (Me hizo Joan Brossa, Barcelona: Ed. Cobalto, 1951) que lo entrevisté. Más adelante hice mi tesina y luego mi tesis doctoral sobre su obra. Para hacer mi trabajo sobre Em va fer Joan Brossa, tuve que tener paciencia. Ese libro estaba publicado, además, dentro de Poesia Rasa (Barcelona: Ed. Ariel, 1970), una recopilación de libros entre el año 41 y el año 59. Allí había un mundo muy distinto. Estaban los poemas esos que son retratos de la realidad de Em va fer…, pero también los primeros sonetos muy herméticos, muy surrealistas, odas sáficas, otras obras más populares, toda una variedad. Todo eso me interesó mucho. Charlando con Brossa, hablando a ratos con él, me interesó mucho más. Luego vinieron charlas y conversaciones mucho más largas. Recuerdo que con el tiempo, él me empezó a mostrar carpetas. Porque sus libros originalmente eran carpetas. Brossa escribía a lápiz y en cuartillas, a veces en folio y cuando tenía ya el libro definitivo, enumeraba las páginas o las separaba por capítulos. Tenía mucho interés por lo que era el proceso del libro y la lectura… Esas carpetas eran inéditas. Sólo había publicado el recopilatorio Poesia Rasa y algún otro libro como Poemes civils (Barcelona: Ed. R.M., 1961). Muy poco hasta el año 1970. Todo lo demás estaba inédito. Él, sencillamente, me lo dejó leer. Fue sacando carpetas y carpetas, y yo fui leyendo y leyendo todo ese material, que me sorprendió muchísimo. Por ese motivo, pues, decidí hacer mi tesis sobre su obra. Eso sucedía cuando yo estaba en cuarto curso de carrera. Entonces se hacían cinco años, y al quinto año ya tenías que decidir qué tema desarrollar como trabajo de fin de carrera, lo que nosotros llamábamos “la tesina”. Y yo no dudé, porque yo creía y estaba convencida de que allí tenía una auténtica mina para estudiar, investigar e interpretar. En mi tesina trabajé lo que era el primer período de Brossa, hasta el año 59, pero incluyendo Poesia Rasa y todo lo que quedó fuera de Poesia Rasa y que él no había publicado, que seguía inédito. Y luego la tesis. Ésta consistió en una propuesta de lectura sobre la poesía y tuve en cuenta lo que Brossa había escrito hasta el momento, los años 80. Intenté explicar o interpretar ese todo que es Brossa, tan diverso pero siempre el mismo. Toda su obra concebida como poesía, sea esta visual, objetual o gráfica, un poema corpóreo o una acción teatral, o un poema escrito…

F.F. -Brossa fue un gran intelectual, un hombre de una cultura muy amplia…

G.B. –Sí, sin duda lo era.

Gloria Bordons.


F.F. –Pero sin embargo, cuando uno lee o contempla sus poemas, se nota que él va a lo esencial, a lo elemental, a lo simple…

G.B. –Sí, él va a lo esencial. Sin duda, a él le interesaban muchas cosas, pero fue un hombre sencillo… Yo el otro día hablaba con Pere³, a raíz de… no recuerdo, creo que fue a raíz de una conversación sobre Walt Whitman en un momento determinado, y lo mencioné. Por eso te hablaba antes de Brossa como maestro, como mi padre intelectual, porque yo me fui formando a partir de conversaciones con él. Si a él le interesaba un tema o autor determinado, yo me iba a ver aquello o a investigarlo… Hubo una época en que estuvimos hablando bastante sobre cuestiones orientales, de budismo zen. También leí bastante sobre las relaciones entre el zen y el surrealismo. Brossa era una mezcla, una síntesis, un intelectual que recogía lecturas literarias diversas, lecturas más filosóficas, teatro, pero también era un cinéfilo apasionado. A esto se sumaba su gusto por la imagen, su interés por la prestidigitación, por los aspectos teatrales… Pero aspectos teatrales en el sentido de la puesta en escena, del movimiento, del efecto sorpresa… todo esto interesaba mucho a Brossa. La acción en escena, el instante, ese aspecto del cine que es muy importante en el camino hacia la esencialidad. Porque en el teatro, para “dar”, te tienes que concentrar y tienes que concentrarlo todo, igual que en un poema hay que condensarlo todo para lograr el mensaje. Y ese ir hacia el mínimo, hacia lo nimio, hacia la esencialidad, es un camino muy importante en Brossa, porque una vez que lo encuentra, se mueve, avanza…

Esto es curioso, porque él comienza por un aspecto de las vanguardias, que es muy poco sintético: el despliegue de las imágenes interiores, inconscientes, el dejar que todo fluya, el automatismo. Sus primitivas imágenes hipnagógicas, muchas veces las encuentras en poemas que son muy crípticos, herméticos, llenos de imágenes extrañas. Son poemas largos, muy largos… Él después cambia, a partir del año 49, aunque… es que es difícil en Brossa hablar de un año preciso. Desde luego Em va fer Joan Brossa es muy esencial porque representa un punto de inflexión en él. Pero yo también pienso que con anterioridad él ya escribe también algunas obras de teatro en la línea dadaísta, acciones-espectáculo mínimas, brevísimas, que también van en esa línea de síntesis, de recapitulación… porque el lenguaje no lo es todo. El lenguaje verbal a veces se presta a equívocos. En ocasiones no nos entendemos a través del habla, y entonces hay que ir a la imagen, al movimiento, a unos códigos que son universales y que no necesitan de traducción… Brossa lo sabía.

F.F. –Me mostrabas en el computador las imágenes de los libros inéditos de Joan Brossa y me decías que esos poemas experimentales eran de diferentes épocas, de diferentes etapas, de diferentes caminos. Y me doy cuenta que, en el fondo, estos trabajos son esencialmente lo mismo. ¿Qué distancia media entre un libro y otro?

G.B. -Sí, en el fondo siempre es lo mismo. Cuando uno ve, por ejemplo, aquel poema experimental del martillo y la carta, del año 51… o los previos a ese poema como el experimental con agujas, yo me pregunto siempre qué diferencia hay entre aquello y lo que Brossa hace en los años 70. En el fondo, todo tiene mucha relación. Yo a veces pienso que es verdad que en el año 50 hay muchos cambios, pero esa esencialidad ya la aplicaba al teatro y las acciones son una muestra de esta síntesis. Recuerda que las acciones las escribe desde el año 46. Brossa es un pionero absoluto en las acciones-espectáculo, cuando las llamaba así porque no sabía de qué otra manera podría llamarlas. En cierto modo es el precursor del happening. Es un proceso de síntesis, como también sucede en sus guiones de cine, por ejemplo en Foc al càntir (Fuego en el cántaro) escrito el año 48. Brossa trabaja mucho con la yuxtaposición de imágenes y es el espectador quien debe sacar sus propias conclusiones. En esas imágenes que se proyectan dentro del film Foc al càntir hay una especie de carteles con palabras que son como la imagen hipnagógica… Pero son sólo sustantivos, no hay verbos…

F.F. -Con respecto a la muestra itinerante de la obra de Brossa por Latinoamérica Joan Brossa, desde Barcelona al Nuevo Mundo, diferenciando un poco, ¿cómo fue la acogida de Brossa en el Brasil, con respecto a la muestra de Chile o de Argentina?

G.B. -Distinta, pero siempre con mucho entusiasmo. Si hablamos de Chile, que fue donde empezó todo, Brossa allí era un auténtico desconocido. En Argentina y en Brasil Brossa era muy conocido y apreciado, en cambio en Chile no. Y realmente allí despertó una admiración, una fascinación… Hubo muchas visitas escolares y los estudiantes se quedaban como embobados. La muestra realmente fascinó. Y tuvo una repercusión muy importante, muy grande… Yo creo honestamente que hay un antes y un después de Brossa con motivo de esa exposición de Santiago de Chile. La repercusión en Brasil también fue muy grande, especialmente en el MAM de Río de Janeiro. Fueron muchas personas, miles de personas, y hubo una repercusión brutal. Y allí yo creo que estuvo bien la manera como se expuso, porque con la tradición de poesía concreta que hay… y los artistas han tenido como modelo el concretismo, y Brossa también ha sido conocido desde hace años. Hasta incluso ya se le han hecho homenajes y han mantenido un fondo de poetas de poesía-objeto, de poesía visual, que eran muy cercanos a Brossa. Con la complicidad de Adolfo Montejo Navas, que es un crítico de arte que vive en Río de Janeiro, se convenció al MAM para montar allí una exposición dentro de la exposición, y dentro de la de Brossa se reservó una especie de cuadrado en la cual se colocó una exposición de artistas brasileños. Se pudo establecer un dialogo fantástico entre Brossa y lo que aquella gente estuvo haciendo. Con conocimiento o, a veces, sin conocimiento de él, pero con unos puntos de contacto y unos paralelismos extraordinarios… Había piezas de artistas brasileños muy en la línea de Brossa y muy interesantes. Era como un cubículo abierto dentro de la propia exposición de Brossa. Además se hicieron seminarios y una serie de actividades paralelas. Allí hubo un montón de personas que confesaron conocer a Brossa y su trabajo, mientras otros lo estaban descubriendo entonces. O sea, que tuvo mucha repercusión. El MAM tuvo muchas visitas en esa temporada. La exposición de Brossa fue muy visitada, fue todo un éxito…

F.F. -Hay muchos brossianos en nuestro continente, ¿no?

G.B. -Sin duda, hay muchos, muchos… y no sólo en este continente sino en todo el mundo…

F.F. -Bueno, yo mismo me considero un brossiano en esencia, en espiritualidad…

G.B. -(Risas)… Sí, sí… Bueno, fíjate, los catálogos editados en portugués que teníamos para vender en esa exposición de Brasil se agotaron todos, absolutamente todos…

(Pere Galceran-Uyà, filólogo e historiador, compañero de Glòria Bordons presente durante la entrevista, interviene y dice…

Pere Galcerán-Uyà y Franklin Fernández.

P.G. -Para sorpresa nuestra, una vez la exposición ya estaba en Europa, en el mes de enero de este año 2007, el suplemento cultural del diario O GLOBO publicó un análisis de la exposiciones más importantes que habían visitado Brasil el año anterior, y la exposición de Joan Brossa fue colocada como una de las diez mejores, por delante de Joan Miró y por delante de una de Roy Liechtenstein… Digo para sorpresa nuestra, porque hacía ya meses que nos habíamos olvidado de Brasil. Mientras tanto la exposición había ido a Rosario, a Buenos Aires, y estaba en Lisboa en aquel tiempo… ¡Una de las diez mejores exposiciones presentadas en el año 2006! Y como tú sabes, el diario O Globo es un diario muy importante en el Brasil…

G.B. -Cabe decir también que en Argentina tenían conocimiento de Joan Brossa a través del grupo VORTICE. Ellos habían tenido contacto y le conocían. Allí también hay una cierta tradición de la poesía visual. Evidentemente con todo esto no estamos hablando de grandes públicos. La poesía visual se mueve por todas partes en grupos reducidos. Además en Argentina la poesía visual y de este tipo experimental ha ido muy ligada a todo lo que ha sido movimientos en contra de la dictadura. Ha servido para denunciar y como una forma de compromiso… Quizás fue casualidad, pero estuvo muy bien que la exposición en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires, donde estuvo la exposición de Brossa, coincidiera con una exposición de VORTICE, ahí mismo. Y que ellos además hicieran un número en homenaje a Brossa. O sea que fue posible (y eso era una de las cosas que más nos gustó, porque era en parte lo que buscábamos con la exposición), el diálogo con las personas que en el mismo lugar estaban haciendo cosas parecidas… Además organizamos un taller con Juan Carlos Romero, de VORTICE, con lo cual hubo un verdadero diálogo, entre una cosa y la otra…

F.F. –Analizando, me doy cuenta que se trabaja mucho con la poesía visual desde un punto de vista bidimensional, pero se le trabaja muy poco desde un punto de vista tridimensional. Me refiero a que se trabaja poco con el espacio, con la masa, con el volumen. Se trabaja muy poco con la poesía corpórea, con la poesía-objeto ¿Cuál es la razón?

G.B. –Supongo que, por una parte, es más fácil realizar en casa poemas visuales… tipo collage, ¿no? Hay más facilidad hasta incluso de almacenaje... El espacio es un problema para muchos. El poema-objeto sale ya del libro, del papel. En cambio, el poema visual se puede mantener dentro del libro. Pero si tú lo deseas, puede salir de él. El objeto sale del libro y no tiene otro lugar donde exponerse que en una galería de arte. Y éstas no siempre se prestan a este tipo de propuestas, es decir, no siempre entienden lo que puede ser esa especie de escultura que no es escultura, eso que está sacado de la calle, en fin… (Risas de ambos)… Para qué contarte ¿no?, si tu mismo lo has vivido…

F.F. –Sí, bueno, lo que pasa es que me llama mi atención que no se vean este tipo de propuestas en internet, ¿no?…

G.B. -Pero no te creas, Franklin, sí que se pueden ver. Los argentinos y los brasileños las están trabajando y mucho. En la red hay muchos poemas-objeto. Cabe decir también que el taller que organizamos en Argentina pretendía, evidentemente, que los alumnos crearan y propusieran sus propias obras, y hubo muy buenos resultados tanto con los poemas visuales como con los poemas-objeto. Los alumnos realizaron piezas muy interesantes, tanto como los que se dedicaban al arte o a la poesía como los que no se dedicaban a ello…

F.F. –Además de presentar y proyectar el trabajo de Joan Brossa en todos los rincones del mundo, ¿qué otra función desempeña la Fundació Joan Brossa?

G.B. –Aparte de proyectar a Brossa, su primera misión es la de catalogar y poner orden, digamos, en los papeles de Brossa. Es lo que te estaba contando esta mañana fuera de la entrevista, ¿no? Hay la parte de la biblioteca, con muchas dificultades, que no se ha terminado del todo, pero que en gran parte ya está catalogada… Hay mucho material en cajas aun por ordenar, mucho papel inédito, libros, catálogos, etc. Ahora faltan las revistas, que son más de cuatro mil. Imagínate, hay más de seis mil libros y revistas que debemos organizar para poner a disposición de los estudiosos y del público. Todo esto demuestra que Brossa no era un “Don Nadie” (Risas), sino que al contrario era un hombre culto, muy culto. Le apasionaba la lectura, tenía realmente una biblioteca que, entre los libros que heredó de su padre, que es una biblioteca más tradicional, y lo que a él le fueron regalando, constituye una colección importante. También cabe recordar que, durante un período, él vendía en España libros prohibidos. Se los proporcionaban los amigos. Venían, por ejemplo, muchos libros de Sudamérica, otros de Francia, y luego él los vendía. Pero claro, antes de venderlos (Risas), muchos de esos libros pasaban por sus ojos, por su lectura personal… (Risas). Se los leía y, claro, muchos se quedaban en su propia biblioteca. Y cabe decir que, desde luego, es impresionante la variedad temática de estos libros. Uno se puede esperar que contengan arte, de acuerdo, pero también poesía visual (Brossa recopiló muchos libros y revistas de poesía visual), literatura…, pero lo que no te esperas es que haya muchísimo de fotografía, de arquitectura, de psicología, muchísimo, bueno, de prestidigitación… Es decir, aspectos que no son los más habituales en las bibliotecas…

Por otro lado, está el archivo. Es fundamental para conocer a fondo a Brossa, es para que las generaciones actuales y futuras se dediquen a estudiar este fenómeno que fue y es Joan Brossa. Por lo tanto, poner orden en sus papeles significa poner orden en muchas cosas. Allí están sus manuscritos de poesía escrita, pero también los esbozos para poesía visual, las ideas de donde Brossa sacaba las ideas, porque todo su mundo, todo lo que el archivo encierra, se presenta interrelacionado. Hay un problema entre los catalogadores y los bibliotecarios, que tienen sus propios criterios y quieren cada cosa en su lugar. Hay temas, como por ejemplo, te puedes encontrar, no sé… una revista de moda. El bibliotecario te dirá que eso tiene que ir a la biblioteca y no al archivo, sin más. Y yo le pregunto, pero, ¿y el porqué? Bien, Brossa guarda una revista de moda del año 1950. Pero, ¿para qué la quiere? (Risas) Evidentemente, si eso lo catalogas sencillamente como material de su biblioteca, allí, pues, esa revista tal… no tiene ningún interés. Ahora bien, cuando la ves en su justo lugar, dices… -¡Ah, este sombrero, este sombrero…! Lo miras, reflexionas y dices: -¡Ah, este sombrero se parece al de un poema visual! Al final acabas por entender. Acabas por encontrar que aquella revista tiene un pequeño recorte, que corresponde precisamente al sombrero que está en un poema visual dentro de un libro inédito. O a lo mejor otro día te encuentras una lista con una letra que no es la de él, como una lista de la compra ¿no?, de una persona que tiene un pequeño comercio y que hace un pedido ¿no? Lees “Café natural torrefacto,, superior…“ y te das cuenta que ese papel, ese fragmento le ha servido a Brossa como inspiración para un poema… Así que, todo, absolutamente todo, está relacionado… y el orden, en ese sentido, es importante.

F.F. -Dentro de los proyectos de publicación de los libros de Joan Brossa, sean estos inéditos o no, ¿será posible publicar alguno de esos libros en Venezuela?

G.B. -(Risas). Yo espero que sí, yo espero que sí...

F.F. –Además de los que tiene en la mira, por mediación nuestra, la editorial El perro y la Rana sobre su teatro, su poesía literaria o su poesía visual, ¿no?...

G.B. -No lo sé… es decir; recuerda que la Fundació no soy yo sola Franklin (Risas)… No todo es fácil, o sea yo puedo tener mis ideas sobre la divulgación de Joan Brossa, pero cada miembro del equipo tiene la suya. Considero, eso sí, que todas nuestras ideas son necesarias, porque los libros de Brossa lo son. Editar y reeditar sus libros, especialmente publicar sus libros inéditos, impulsar traducciones, en fin… eso es muy importante.

Brossa, gracias a la imagen, es muy conocido. La imagen es más rápida de manipular y se transmite a través de internet muy fácilmente. Pero la poesía literaria que está detrás, es más difícil de transmitir ¿no? Porque Brossa es un gran poeta, la poesía de la palabra necesita de traducción y de un buen traductor… por lo tanto esto es muy importante también tenerlo en cuenta. Recuerda que todo lo que escribió Brossa está en catalán y los libros inéditos son muchos, muchísimos, y tienen gran dificultad de traducción. Incluso para la simple reproducción de sus poemas visuales no todo es fácil. Porque en sus libros hay muchos recortes, pliegues, cosas que desde el punto de vista de reproducción de imagen resultan difíciles… Son cuestiones que hay que decidir en equipo. La organización y la selección son muy importantes… Todo ese material inédito que tú has visto en parte, es mínimo, pero no por ello va a dejar de ser importante. Brossa trabajaba a través de collages, recortando, organizando y analizando… En cambio, cuando uno ve sus poemas visuales en un libro, no parecen collages, o sea están reproducidos tipográficamente y sólo imitan el collage que está detrás… Entonces, a la hora de publicar ese material, ¿qué haces? Porque eso es algo que Joan Brossa hacía bajo un estricto control por parte de él. Brossa ya no existe, ya no está con nosotros. Entonces, ¿cómo lo haces? ¿Cómo editas esto o aquello? ¿Por reproducción tipográfica o por escaneado, como una especie de monumento tal como él lo hizo? ¿Presentarlo de manera que se vea el taller interno…? No. Entonces, hay unas decisiones que tomar. Por ejemplo, yo veo una vía para estos libros. Una vía, digamos, digital, más virtual, es decir, el DVD. El papel siempre es limitado, a veces eso no le llega a todo el mundo; en cambio el DVD te puede dar las tres dimensiones que tienes cuando giras las hojas de esos libros, te puede dar más detalles que una reproducción que, si es totalmente fiel, a menudo puede resultar cara. Y si es tipográfica, sólo permite ver una determinada parte de la poesía visual.

F.F. -Tengo entendido que la Fundació Joan Brossa es un patronato. ¿Cuántas personas trabajan en la fundación?

G.B. –Sí, la Fundació es un patronato, y luego existe una comisión ejecutiva. Brossa designó los patronos y estos se reúnen una vez al año. Ordinariamente a través de una comisión ejecutiva en la cual está Pepa Llopis, su mujer; que en estos momentos ya no está para nada (Risas), pero le queremos mucho. Recuerda que tiene 82 años. También está su hija, está su sobrina, luego hay un abogado no patrono que asesora, y estoy yo como patrona. Como yo ya estaba allí voluntariamente trabajando en muchas cosas, al final terminé, en esa comisión ejecutiva. Pero a mi parecer no es el mejor modo de funcionar. Todo tiene que pasar por esta comisión, y algunas personas que están en ella, a mi parecer; no tienen criterios artísticos o literarios para tomar según qué decisiones. Y si bien es verdad que la Fundació tiene que sobrevivir, que el criterio económico es importante, que evidentemente hay que exigir el pago por unos determinados derechos de edición, de reproducción, de utilización, etc…, pero que una cosa no quite la otra. Es decir: que hay que conocer también a la gente, incluyendo, claro está, a aquella que está trabajando con rigor y seriedad en la línea de Brossa… Y tratar de ser como Brossa, que era tan generoso, una de las personas más generosas del mundo, hasta el punto de no tener ni un céntimo, ni pretender tener nunca dinero. Pero sin ser como él, porque eso es imposible, pero sí mantener un poco su espíritu. Y eso pienso que es difícil. Éste es mi parecer, y creo que hay patronos que creo pueden servir y orientar mucho. Así, por ejemplo, en el caso de los poemas visuales, hay en estos momentos una personalidad en asuntos de edición y quiero que se le escuche. Es Daniel Giralt-Miracle, que conocía personalmente a Brossa, que forma parte del patronato y cuya opinión valoro mucho. Tiene criterios altamente cualificados sobre la manera de reproducir los libros y de cómo dialogar con los posibles editores que se muestren interesados en ellos.

F.F. -Dos preguntas para terminar. Una apreciación suya sobre la poesía visual en Latinoamérica y una concepción sobre la poesía…

G.B. -(Risas). Bueno, la poesía visual en Latinoamérica creo que está muy viva, y que por todas partes hay movimientos muy interesantes de poetas visuales o experimentales. Creo que se están haciendo cosas muy interesantes, realmente, cosas de un gran nivel.

Con la exposición itinerante de Joan Brossa en Sudamérica, constatamos que hay brossianos por todas partes. Y no solo aquí, sino también en el mundo. Pero, evidentemente, esa concentración es muy fuerte, mucho más fuerte, en Sudamérica… (Risas). A Brossa se le conoce en esta parte del mundo más de lo que imaginamos… Esto nos permite relacionarnos los unos con los otros de una manera mucho más fácil, de una forma más abierta y más amplia, que hace algunos años, ¿no? Ahora que existe internet, correo electrónico y ese tipo de cosas, es mucho más rápido ver, interpretar e intercambiar… La poesía visual latinoamericana yo la veo muy viva. Brossa siempre está allí detrás, aunque, a menudo, ni lo conozcan, y eso es curioso. También supongo que la poesía visual va, no siempre ¿eh?, muy ligada a compromisos con la sociedad, a respuestas ante determinadas situaciones. Y eso supongo que ha marcado paralelismos…

Y con respecto a la concepción de la poesía, pienso que eso es muy difícil de responder. Yo creo en una concepción muy amplia de la poesía. Creo que todos los movimientos tradicionales y de vanguardia han dejado una huella, una herencia formidable… Todo lo que hicieron los surrealistas y los dadaístas hace cien años, sigue marcando. Y la poesía se mueve entre esas dos herencias, la herencia más clásica, la simbolista…, y la otra, más arriesgada, más experimental y más excepcional, a mi modo de ver. Lo bueno, evidentemente, está en las mezclas que se están haciendo, la ruptura de fronteras, la irrupción de las tecnologías también en los espacios literarios, lo cual va más allá de la bidimensionalidad o tridimensionalidad del libro Eso permite al poeta expresarse como siempre lo ha hecho, pero con unos medios distintos, porque el poeta no escribe únicamente para si mismo, sino también para que unos lectores o espectadores propongan criticas y ofrezcan respuestas de una manera indirecta. Yo creo que la poesía actual se basa en eso. Realmente el poema es algo que se construye entre dos. Se trata de unas propuestas que unos creadores de nuestro tiempo nos ofrecen como respuesta a la realidad en que vivimos. Nos la conceden y nosotros la recibimos. Nosotros, esas propuestas, las acabamos de completar con nuestra propia visión. Por lo tanto se trata de un diálogo. En este sentido, la poesía es el género más importante y más actual que pueda existir.

F.F. –Muchas gracias, Glòria…

G.B. -Bueno, muchas gracias a ti…







NOTAS:

1. -Encuentro Nacional de Docentes e Investigadores de la Lingüística.

2. -http://www.viulapoesia.com/
http://www.uoc.edu/lletra/especial/brossa/

3. -Pere Galceran-Uyà (Molins de Rei, 1949) es filólogo clásico e historiador. Ha sido profesor de latín medieval, de semántica histórica y de hermenéutica.

4. -Los patronos de la Fundació Joan Brossa, por nombramiento expreso del poeta, son: Glòria Bordons, M. Lluïsa Borràs, Jordi Coca, Daniel Giralt-Miracle, Dolors Guilleumas, Josep M. Mestres Quadreny, Lluís Permanyer, Lluís M. Riera, Andreu Rossinyol, Antoni Rubió, Josep Maria Socías Humbert (éste último por acuerdo del Patronato) y el Ayuntamiento de Barcelona. La presidenta vitalicia es Pepa Llopis; la vicepresidenta es Mercè Centellas; la tesorera, Carme Llopis, y el secretario no patrono, Josep Cruanyes.