jueves, 11 de septiembre de 2008

Antonieta Sosa:
“Siento que con la pintura no logro expresar todo eso que yo soy”.


Antonieta Sosa


Antonieta Sosa nace en Nueva York en 1940. A finales de los años cincuenta asiste como oyente a la escuela de Artes Plásticas Cristóbal Rojas de Caracas y estudia ballet en la Academía Ballet-Arte con la profesora Lidija Franklin. Entre los años 1960 y 1962, estudia psicología en la Universidad Central de Venezuela y entre sus compañeros de clases se encuentran José Balza, Carlos Noguera y Jorge Núñez. En 1966 se gradúa en la UCLA; en el departamento de Artes Plásticas. En 1973 fue miembro fundador del grupo Contradanza. Desde entonces, comienza a investigar sobre el performance y la expresión corporal. En 1981 es invitada a participar conjuntamente con Pedro Terán, Carlos Zerpa, Alfred Wenemoser y Diego Barboza en el evento “Acciones frente a la plaza”, programa impulsado por FUNDARTE bajo la coordinación de Marco Antonio Ettedgui, Bélgica Rodríguez, María Elena Ramos y Juan Calzadilla, en la inmediaciones de la Plaza Bolívar de Caracas. A partir de 1990, para establecer una medida personal, dada por su propia estatura, Antonieta comienza a utilizar el término ANTO (Contracción de su nombre): “1 ANTO = 163 Cm. A LA MEDIDA DE MI CUERPO, NI UN MILIMETRO MÁS NI UN MILIMETRO MENOS”; obra que pasa a formar parte de la colección institucional del museo. Es de destacar sus diversas conferencias sobre artes plásticas, en diferentes espacios públicos y privados del país. Desde 1994 es docente en el IUESAPAR (ahora universidad de las artes), donde dicta cursos regulares. Es premio nacional de Artes Plásticas del año 2000.

Franklin Fernández.

F.F. -Antonieta, todo ser humano es potencialmente un artista (Beuys). Pero se tiende a desdoblar esa palabra, a soslayar la ampliación del concepto de artista. ¿Es inaprensible ese término, ese concepto?

A.S. -La palabra ARTE y su derivado ARTISTA, es algo imposible de precisar, el concepto va cambiando a través de los tiempos, las necesidades expresivas son otras. Yo prefiero llamarme INVESTIGADORA DE ARTE. No me gusta el concepto kantiano de artista como GENIO pues eso lo que trae es pura megalomanía a la vez muchas frustraciones cuando alguien se cree genio y no logra todo el reconocimiento que cree merecer. Creo que Beuys a lo que se refería era a la sensibilidad. La sensibilidad se puede manifestar no necesariamente en un soporte, o en una escultura, una ama de casa que prepara una hermosa ensalada o vez como dispone los objetos en su casa de manera armoniosa está manifestando su sensibilidad hacia el espacio, el color, las texturas. JOSEPH KOSUTH dice: “EL ARTE ES UN JUEGO CON LA DIFERENCIA DE QUE ES EL ARTISTA EL QUE DECIDE LAS REGLAS DE ESE JUEGO”, desde ese punto de vista me veo frecuentemente jugando y tomando las decisiones de cómo van a ser las reglas de mi juego.

F.F. –Se dice que el artista hace visible lo invisible pero, a mi modo de ver, un verdadero artista hace visible lo visible, es decir; ve en el interior (o en el exterior de las cosas), el “otro” lado… ¿No lo crees así?

A.S. –Me gusta mucho tu observación Franklin creo que tienes mucha razón, creo que tu reflexión viene de tu experiencia trabajando con OBJETOS ENCONTRADOS, los cuales están en el mundo cotidiano, ellos cobran vida para ti y logras ver los posibles nuevos sentidos que puedes extraer de ellos al relacionarlos con otros objetos. Se produce un diálogo intenso entre tú y los objetos. La invisibilidad se refiere más a la percepción de las personas, no al hecho de que esos objetos sean invisibles. Una vez yo paseaba con una amiga por un malecón en el litoral varguense (antes del deslave), me di cuenta de que mi amiga observaba el mar, el cielo, en cambio yo observaba una serie de edificios que habían sido construidos a lo largo del malecón, yo trataba de ver cuales eran arquitectónicamente valiosos y cuales no. Por un momento deseé que cada uno hubiese sido diseñado por excelentes arquitectos con diseños originales y que ese recorrido fuese como un museo de arquitectura, uno diseñado por FRUTO VIVAS, otro por JESÚS TENREIRO, otro por el japonés TADAO ANDO, otro por FRANK GHERY, etc…

Me llama la atención observar a las personas cuando entran por primera vez en mi apartamento de San Bernardino (que en realidad no es mío, es alquilado) cada uno observa otra cosa. En otras palabras “solo vemos lo que estamos capacitados para ver”, todas las experiencias y vivencias durante nuestra vida van abriendo nuestro campo perceptivo incluyendo lecturas, conversaciones, trabajos de investigación, viajes, visitas a museos, etc…

F.F. –El apartamento de Antonieta Sosa es un espacio íntimo pero, al mismo tiempo, es el espacio de todos. ¿Qué es un apartamento para Antonieta Sosa? ¿Qué es en esencia una casa, un cuarto, una habitación?

A.S. -Mira, cuando tú tomas una silla y la metes en su forma primaria obtienes un volumen llamado paralelepípedo vertical. Soy un ser urbano y como tal vivo en un edificio, y como tal vivo en un paralelepípedo como la mayoría. Unos más grandes, otros más pequeños, pero cajas al fin y al cabo. Mi caja mide 84 metros cuadrados y vivo en esta caja desde 1969, eso quiere decir que tengo ya más de treinta años relacionándome con este espacio. Claro que en mi mente existe la casa soñada, pues soñar no cuesta nada. Esa casa sería hecha con materiales muy sencillos, pero tendría un jardín y le entraría mucha luz. Pero yo estoy bien como estoy, lo más importante para mi es mi privacidad, el silencio, poderme concentrar en mis pensamientos, en mis lecturas, en mi trabajo. Cuando se construyó mi apartamento en el Museo de Bellas Artes a veces sufrí confusiones, de pronto no sabía donde estaba. La verdad es que mientras ordenaba la casa del museo para los otros, mi casa real se volvía un caos pues tenía tantas cosas que solucionar que si algo se dañaba en mi casa real tenía que esperar hasta tener concluida la del museo pues había que cumplir con la fecha de inauguración. Claro que el apartamento del museo era un juego entre realidad y ficción. Cuando era niña yo le hacía mueblecitos a mis muñecas, una vez le hice una camita y encontré y sin saber lo que era un modes o toalla sanitaria de Carmela; la señora que me cuidaba y se lo puse de colchón. Cuando ella lo vio me dijo: -muchacha que es eso, dame eso acá, no vuelvas a tocar esa caja. Luego que fui adulta me daba risa el incidente. Creo que sigo jugando a la casa de muñecas pero a mi manera, disfruto mucho los actos sencillos de la cotidianidad. Los aprecio mucho, pues siempre pienso en aquellos que no tienen casa, que no tienen comida, que no tienen baño. Y eso me preocupa mucho, quisiera vivir en un mundo donde las necesidades básicas estuvieran cubiertas para todos como la cosa más normal y que la energía humana estuviera dedicada a la creación en todos los ámbitos de la vida: música, danza, ciencia, filosofía, arquitectura, plástica, literatura, agricultura, diseño, etc…

F.F. -Si mal no recuerdo, en Cas(A)nto; aquella reinterpretación de su casa expuesta en el Museo de Bellas Artes, no habían pinturas en su paredes. Pero si cuadros con detalles, como por ejemplo, el polvo de su cuarto. También recuerdo aquel calcado de líneas que simulaban el camino de las hormigas en su cocina y una fecha precisa: 1999. El polvo de su cuarto puede ser interesante como planteamiento, pero nadie querrá poner eso en la sala de su casa. ¿Qué es lo que hace que usted vea en el polvo arte o una obra de arte? ¿Hasta qué punto la obra de arte es valida como arte?

A.S. –Cuando fui invitada a exponer en el Museo cuatro años antes, un día limpiando mi casa… un sábado me planteé lo siguiente: ¿acaso porque se trataba de un museo debía hacer cosas distintas a las que hago en la vida real?. Y fue en ese momento cuando decidí comenzar a recoger el polvo de mi cuarto cada vez que lo limpiaba, meterlo en una bolsa plástica, colocar un papelito con la hora y la fecha y designar una gaveta especial solo para ese proyecto. Como puedes ver algo cotidiano se desliza hacia otra zona, hacia otro nivel de realidad que exige un alto nivel de conciencia, no es lo mismo barrer el cuarto que barrerlo pensando que estás realizando un trabajo de investigación, de esta manera estás en otro nivel de conciencia. Lo mismo ocurrió con las hormigas. Yo conversaba con Víctor Hugo Irazabal que iba a la selva a investigar, entonces me dije a mi misma, eso no está a mi alcance, soy un ser urbano y me asumo como tal, mi fauna son los animalitos que hay en mi casa. Un día entré en la cocina y vi una línea curva muy bella, eran las hormigas en fila buscando comida en el lugar donde pongo una bolsa para la basura orgánica. Tracé dos líneas para no molestarlas, luego fueron desviando el camino por otros espacios y fui marcando y poniéndoles las fechas, era el año 1997, aún las tengo. Luego cuando decidí llevar los planos a la cocina del museo las grabé en video y allí se colocó una pantalla de televisión donde se las podía ver caminando. Ya antes había observado palomas durante 4 años pero no se me deslizaron hacia esa otra realidad que se llama arte. Como a mi no me gusta vender mis obras pues las considero como mis probetas, como si mi casa fuese un laboratorio y esos mis instrumentos de trabajo, no les veo ningún interés de tipo decorativo. Cuando concluyó la exposición el museo tiene como norma que el artista done dos obras y fueron justamente esas dos obras, las hormigas y el polvo de mi cuarto las obras con las cuales los del museo quisieron quedarse. El otro día fui al museo a ver una exposición cuyo tema era objetos pequeños y cual fue mi sorpresa que en la sala pequeña de historia entre varias obras enmarcadas, directo en la pared había trasladado el plano de los caminos y habían colocado el video. Un alumno lo vio y me comentó que se veía muy diferente de las otras obras.


F.F. –Se dice que una pintura no está hecha para decorar la casa: es un arma de guerra. ¿Qué opina al respecto?

A.S. –¡Uf! ¡Me haces unas preguntas! Yo me inicié en lo que la gente llama pintura, un término dentro del cual se mete de todo, pintura de uña, pintura labial, pintura de pared, pintura figurativa, pintura abstracta, etc. Cuando hoy en día observo dos cuadros que tengo en mi casa, pintados en 1965 cuando yo estudiaba en la universidad, he llegado a pensar que lo único que tienen de pintura es que van colgados de una pared, es cierto que son realizados en acrílico negro en el fondo y líneas blancas. Uno se llama “FINITO” y el otro “INFINITO” son cubos asimétricos que crean una especialidad inestable, son cuadrados de 90 X 90 cms. Aparentemente son idénticos, la única diferencia es que el finito tiene una línea en el borde y el otro no. Para mi no era importante que eso fuese una pintura o no, era sobre todo mi manera de evidenciar que era para mi el concepto de finitud y el de infinitud. Era la prueba de que esos conceptos eran importantes referencias para mí. Luego un día me vi bajando el cuadrado de la pared y poniéndolo en el piso aumentándole las dimensiones a 200 X 200 cms. Con una altura de 25 cm. Dividido en 9 cuadrados que tenían resortes por debajo, así que el público podía caminar sobre el y sentir la inestabilidad de sus cuerpos en el espacio, las sensaciones kinestésicas, la perdida del equilibrio estático. Una vez que me salgo al espacio real mis propuestas están relacionadas con EL CUERPO: escaleras, toboganes, sillas, hasta que en 1978 llego a mi propio cuerpo y en 1998-1999 llego a LA CASA. Nada más corporal que una casa, me refiero a mi propuesta titulada Cas(A)nto del Museo de Bellas Artes de Caracas donde se construyó mi apartamento en la sala 2 de ese museo.

F.F. –Bien. Pero más allá de su casa, ¿qué es el arte? ¿Qué es la pintura para Antonieta Sosa?

A.S. -Una vez encontré en un viejo diario (llevo diarios de vida, diarios de sueños, diarios de trabajo) donde yo había escrito: siento que con la pintura no logro expresar todo eso que yo soy, todo eso que me inquieta, fue algo premonitorio. Sin embargo creo que mis inicios en eso que llaman pintura que para mi no es otra cosa que pensar y reflexionar frente a un plano o superficie, los aprecio mucho pues me ayudaron a centrarme y a estructurarme, eran cuadros abstractos y matemáticos. Alto muy racional, pero de allí la crisis, es cierto que hay una parte mía muy racional, pero también soy muy emocional y visceral. Cuando esas dos energías chocan entre sí se produce una nueva propuesta plástica en mi proceso creativo.

F.F. –Ya que habla de centrarse o estructurarse, tengo entendido que un “anto” es la medida de su cuerpo ¿Podría ser también la medida de su espíritu?

A.S.EL ANTO es la medida de mi cuerpo = 163 cms. Es una línea imaginaria que pasa por el centro de mi cuerpo. La idea es medir el mundo con un cuerpo femenino, el mío. Si analizamos las medidas que usan los seres humanos en el mundo encontramos que las primeras medidas eran varas con la medida de una parte del cuerpo del rey que se distribuía entre los habitantes del poblado. De allí que los ingleses usan EL PIE, LA PULGADA, etc… como vez, vienen de las medidas del cuerpo humano, luego los franceses buscaron una medida más objetiva y crearon EL METRO que está en relación a la circunferencia de la tierra, la barra está en un lugar de París metida en una cámara al vacío para que no sufra expansión ni compresión causada por la atmósfera. Claro que esta medida tampoco es tan precisa pues el planeta tierra es algo orgánico y cada vez que se encoje y se arruga surge una montaña. Imagino que ya no tiene la misma medida que tuvo en esa época, pero sea lo que sea es una convención y un sistema operacional que permite comunicarnos. Mi apartamento mide 7 antos X 4.5 antos. El primer anto fue hecho en madera, el segundo en metal y pertenece a mi instalación del Museo de Bellas Artes titulada “UN ANTO ES IGUAL A 163CMS A LA MEDIDA DE MI CUERPO, NI UN CENTÍMETRO MÁS NI UN CENTÍMETRO MENOS”. Consta de 15 módulos blancos que a medida que suben se recogen con una medida constante, con ello yo trato de demostrar que no existe tal cosa como lo bidimensional, que todo es tridimensional menos la sombra real. Yo sospecho que las medidas fueron inventadas por los varones y que detrás de ellas hay un manejo de PODER, los países bajo el dominio de Francia usan el metro y los que han estado bajo el dominio de Inglaterra usan las pulgadas, el pie, etc. Yo busco crear mi propia medida que es femenina y salirme del sistema de los poderosos. Luego en 1998 realicé el ANTO DE LUZ que está dentro de una cápsula de hierro y lo puedes ver a través de una ventana ovalada como las de los gabinetes de electricidad grises que están en las calles. La idea es proteger el ANTO de luz de la violencia externa pues ella representa lo más interno nuestro, ¿podría decirse que es el alma quizás?


F.F. –¿Cómo pasó usted de la pintura al cuerpo y del cuerpo al objeto?

A.S. –Creo que con la explicación del punto anterior esta pregunta queda respondida. Yo por un momento de mi trayectoria decía lo siguiente:

DE LA SUPERFICIE AL VOLUMEN
DEL VOLUMEN AL OBJETO
DEL OBJETO A LA SILLA
DE LA SILLA AL CUERPO

Quizás ahora puedo decir:

DEL CUERPO A LA CASA
DE LA CASA A LA CALLE
DE MI A LOS OTROS.

Cuando a través de mi amigo VICTOR LUCENA supe de la existencia de la artista brasileña LYGIA CLARK y me dediqué a investigarla, encontré que también Lygia había pasado por la problematización del plano de la pintura, ella comienza a dividir el plano, a moverlo, a articularlos hasta que declara “LA MUERTE DEL PLANO” y al final termina trabajando directamente con el cuerpo de las personas con terapias donde usaba objetos diseñados por ella llamados OBJETOS RELACIONALES. Claro que en el caso de Lygia ella realizaba experiencias que involucraban el cuerpo de sus alumnos y eventualmente de sus pacientes, no como en mi caso, yo he trabajado con mi propio cuerpo en las acciones corporales o performances romper con la pintura no es fácil pues es un quehacer con una larguísima tradición, así como fue difícil para los abstraccionistas romper con la tradición figurativa de tantos siglos. Si lees los escritos de MALEVICH podrás constatar lo difícil que fue ese cambio para los artistas de esa generación. Pero cuando cambias el rumbo otras cosas nuevas surgen en el camino para nuestra propia sorpresa. De allí la importancia del riesgo y de la libertad para tomar decisiones respetando nuestras voces internas.

En 1965 realicé los cuadrados con los cubos asimétricos en negro y blanco, veinte años después saqué la estructura del plano al espacio real con andamios y me introduje en ella con mi cuerpo y con mi voz en me propuesta de 1985 “DEL CUERPO AL VACÍO” GAN, PARTE 2 Titulada “PEREZA”. (FIGURA 1 Y FIGURA 2). Veo claramente la relación, quizás otros no la vean.


F.F. –Durante esos años, en su obra se da una verdadera interacción entre el artista y el público. Me gustaría preguntarle, ¿fue primero la instalación a la performance? ¿O viceversa?

A.S. –De niña fui asmática, ya eso me conectó con la interioridad de mi cuerpo, las medicinas me hacía latir el corazón muy fuerte y eso me hacía poner atención a eso que estaba dentro de mi cuerpo, la respiración es nuestra conexión entre el aire que está afuera y que nosotros introducimos dentro de nuestro cuerpo para permanecer vivos. Respirar se convierte en algo vital. Si corría y rocheleaba mucho me daba asma, así que no podía moverme demasiado. Sin embargo me gustaba hacer equilibrio sobre tubos o subirme a un árbol o a una montaña. Luego no encontraba como bajarme de allí. Al pisar la adolescencia superé el asma infantil , ya curada comencé a estudiar ballet con la profesora Lidja Franklin, en la universidad tomé cursos de danza moderna, y a comienzos de los años 70 fui miembro fundador del grupo CONTRADANZA dirigido por HERCILIA LOPEZ. Esta experiencia basada en parte en las técnicas de GROTOWSKY en las cuales se trabaja tanto el cuerpo como la voz hasta generar lo que llamamos danza-teatro. Pasé varios años experimentando con el potencial expresivo de mi cuerpo y de mi voz. Para el año 1978 realizo una primera experiencia donde integro mis objetos y mi cuerpo, fue en un espacio que dirigía JORGE GODOY llamado LA TRINCHERA. Allí mostré por primera vez mis sillas y realicé presentaciones de mi trabajo corporal con mis sillas, yo dialogaba corporalmente con mis sillas dejando que ellas le hablaran a mi cuerpo y le dijeran de que se trataba cada una. Existe un video llamado “A TRAVÉS DE MIS SILLAS” que recoge esta experiencia y fue grabado por JESÚS BLANCO (hoy profesor de video del INSTITUTO REVERÓN, llamado ahora UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LAS ARTES (UNEARTES)). Ya para 1980 realizo en la GALERÍA DE ARTE NACIONAL mi performance titulado “CONVERSACIÓN CON BAÑO DE AGUA TIBIA” y en 1985 “DEL CUERPO AL VACÍO” GAN. Donde ya me veo aplicando mis conocimientos de la expresión corporal y de la voz y las instalaciones. Contestando tu pregunta voy pensando y veo claramente que el cuerpo y los objetos surgieron simultáneamente, sobre todo las sillas, y el performance fue primero que las instalaciones. Por eso en mi conferencia titulada “EL CUERPO EN EL ARTE” que dicté en Barcelona yo hablo del cuerpo representado en la pintura y escultura, el cuerpo presente en el performance y el cuerpo ausente pero que sigue siendo cuerpo en los objetos que tiene que ver con el cuerpo como sillas, mesas, camas, casas, etc. La idea es que primero estuvo el cuerpo y ese cuerpo dejó su huella en los objetos, el cuerpo está ausente pero sigue siendo el cuerpo el que nos llevó a esos objetos.

F.F. –Sillas, mesas y escaleras, ¿qué representan para usted?

A.S. –Todos son objetos vinculados con el cuerpo. Las sillas aparecieron cuando le compré al antropólogo JOSÉ MARÍA CRUXENT una mesa de dibujo que hice restaurar. Antes yo había trabajado sobre caballete, pegando los soportes de la pared, en el piso, y de pronto mi cuerpo estaba en la postura de los arquitectos, sentada en una mesa de dibujo, de pronto comencé a dibujar con creyones prismacolor y lo que dibujaba casi de manera inconsciente eran sillas extrañas, luego me pregunté si era posible traerlas al mundo real, y logré realizar con ayuda de un artesano mi primera silla que luego llamé SILLA CUBISTA CERRADA (Fig. 3), pues está llena de distorsiones. Es de 1970. Antes de que aparecieran las sillas realicé mi primera exposición individual en Venezuela en el Ateneo de Caracas en 1969, se llamó “SIETE OBJETOS BLANCOS”, era la plataforma sobre la cual las personas podían caminar, un tobogán, unos estables- inestables, una escalera que llame “ESCALERA REAL E IRREAL”, el primer escalón tiene las dimensiones de una escalera real pero a medida que sube se van comprimiendo contra la pared de manera que el cuerpo tendría que desmaterializarse si intentara subir por ella. La mesa apareció por primera vez en 1998 en la parte de la casa del museo llamada EL SALÓN DE TÉ. Allí había una mesa con la tapa transparente para dar la idea de que las tazas flotaban en el espacio. Las dos sillas eran agresivas, una más que la otra, y en la pared había una sombra de mi cuerpo doble donde se ve mi silueta tomando el té conmigo misma, de la pared sale un audio y se oía mi voz conversando, yo desdoblada en dos antonietas, antonieta A habla de lo externo y antonieta B habla de lo interno, lo que siente. Esta obra trata el tema de la soledad producida por la violencia urbana. Para estar tranquilo te aíslas y profieres estar solo entonces escuchas tu cerebro en un monólogo interior. La silla después de tantos años de transitarla tengo varias interpretaciones, una es la siguiente: Cuando una persona está parada en vertical está sometida a la fuerza de gravedad de manera que hay mucho desgaste de energía corporal, por eso te cansas cuando estás mucho tiempo parado, cuando te sientas, el cuerpo se fragmenta en tres partes una vertical arriba, una horizontal al medio y una vertical abajo, de esta manera la energía corporal se ahorra y pasa al cerebro, por eso cuando tenemos o queremos pensar en cosas complejas NOS SENTAMOS. De esta manera para mi la silla es un objeto que induce a la reflexión pero que a la vez es leído con todo el cuerpo como dije antes. Al ser un objeto familiar para todos se logra una comunicación muy fluida con el espectador. Es un objeto polisémico con muchos niveles de significación.


F.F. –Sin embargo, hay una fotografía suya de pie en la que se le ve danzando con los brazos en alto, mientras sostiene una copa en la frente. Usted caminó por un sendero de vidrios rotos que la condujo hasta la salida. Veintiocho años después, ¿transita usted aún ese sendero?

A.S. –Estás haciendo referencia a mi propuesta titulada “¿Y PORQUÉ NO? de 1981 realizada en LA GOBERNACIÓN DEL DISTRITO FEDERAL dentro de la programación organizada por MARCO ANTONIO ETTEDGUI llamada “ACCIONES FRENTE A LA PLAZA”, donde nos presentamos casi todos los preformistas de la primera generación. Es cierto, como podías ver en la foto yo equilibraba copas sobre distintas partes de mi cuerpo y luego las dejaba caer, una especie de ANTICIRCO, en los circos la gracia es que nada se cae, nada se rompe, en mi caso todo se rompe (menos una). Yo le estaba buscando un nombre a esa acción en esos días y estando en un concierto se me vino la idea. Me gusta esa frase ¿Y PORQUE NO? Pues te mueve a quitarte los miedos y decidir a realizar algo que tienes pensado hacer pero que te da miedo hacer. Luego varios años después encontré en uno de mis diarios de trabajo que muchos años antes yo había llenado toda una página escribiendo ¿y porque no?, ¿Y porque no?, ¿Y porque no?... en diversos tipos de letras. A veces es necesario romper para poder seguir adelante. Romper con los prejuicios, romper con los hábitos, romper con limitaciones que nosotros mismos nos ponemos o que el medio nos impone, romper con los límites, etc… Al romper se genera una energía, para mi el cubismo fue una ruptura de la espacialidad que venía impuesta desde el renacimiento, esa ruptura abrió las posibilidades para todos los lenguajes que se desarrollaron durante el siglo XX: collage, ensamblaje, ambientación, instalación, performance, etc…



A veces el arte es un ritual para exorcizar problemáticas de nuestro mundo interior. Es cierto que trabajé con vidrios rotos, pero me cuidé de tener puestos unos zapatos de goma con una suela bien gruesa pues no tenía para nada la intención de cortarme y hacerme daño, yo no soy GINA PANE la preformista que se hacía heridas en el cuerpo. Yo amo la vida, considero a el cuerpo como un templo que hay que cuidar. Cuido mucho mi salud, y le advierto a mis alumnos el primer día de clase: “tendrán libertad, pero todo en la vida tiene un límite, podrán hacer muchas cosas pero nada que atente contra la integridad física de ustedes, de los otros o del edificio”.

A veces me he visto tratando de recoger los vidrios y pegando los pedacitos para regresar el objeto a su forma original, pensaba hacerlo con una figura de porcelana que rompí durante una charla sobre el género performance en Venezuela, pensaba que al final recogería los pedacitos para unirlos de nuevo, y cual fue mi sorpresa al constatar que alguien del público se había llevado los pedacitos.

F.F. -Recuerdo sus clases en la Reverón. Específicamente, rememoro una en particular. Me veo frente a usted reinventando mi mundo con un grupo de chopos entre las manos. ¿Qué pensaba usted en ese momento?

A.S. –Mira Franklin, me he visto relatando lo que hiciste ese día a muchísimas personas, incluso en mis textos sobre PEDAGOGÍA DEL ARTE en mi TALLER DE LENGUAJE PLÁSTICO describo esa experiencia tuya frente a nosotros. Todos quedamos sorprendidos y asustados. Tú estabas allí, vestido como un encapuchado, sobre la mesa tenías tubos, resortes, balas y planos donde se indicaba como construir estas armas caseras que pueden funcionar como un revolver o escopeta. Tú nos explicabas que podían ser armas cortas, o armas largas y la ibas armando frente a nosotros. Yo poco a poco iba cayendo en cuenta de lo que ocurría hasta advertir que aquello era algo muy peligroso, que si metías una bala, podías disparar y herir o matar a una o varias de las personas del taller. Recuerdo que te oí decir que decidiste detener la construcción de estas armas al ver la cara de susto que teníamos todos. Para mi fue todo un aprendizaje sobre una realidad que yo desconocía, ahora se que esas armas existen y que la violencia en los barrios del país se manifiesta de muchas formas. También fue una propuesta autobiográfica tuya, nos dijiste que esa era una realidad que te rodeaba en el barrio donde vivías en esa época. También fue una manera de ver como tu concepto de arte se ampliaba cada vez más, donde el arte no se quedaba en un objeto sino que también podía haber arte en una acción, fue tu segundo PERFORMANCE.

F.F. -La situación, la instalación, el dibujo, el tiempo de viaje, el tiempo transcurrido durante el día, la contemplación, la reflexión, las formas sociales de interacción con la obra, ¿son los elementos escultóricos de su trabajo? ¿Sus esculturas también se dan en ese espacio “otro” que existe entre el objeto y la persona que lo mira? ¿Considera usted que un acto estético se puede llevar a cabo en el encuentro y no en el objeto?

A.S. –Todo lo que mencionas en tu pregunta tiene que ver con mi obra. Yo no separo mi trabajo pedagógico de mi obra, parte de mi obra es la observación y reflexión sobre mi propia persona, pero consciente de que somos algo construido por la interacción con los otros, los otros son nuestro espejo. El acto pedagógico es para mí el problema del otro, es mi trabajo social y político, mi grupo es mi comunidad y valoro mucho los actos de respeto y generosidad que observo entre mis alumnos. Este año académico pasado realicé una co-evaluación donde ellos se evaluaban entre si, uno solo obtuvo 20 puntos, tenía todas las cualidades que inspiraban admiración en los otros, responsable, atento, reflexivo, creativo y sobre todo generoso, había ayudado a casi todos los compañeros en la presentación de sus propuestas sin ufanarse de nada, lo hacía de la manera más natural.

Cuando yo estudié arte se aplicaba el pensamiento de la modernidad, lo importante era el objeto: el color, la forma, el espacio, la composición, la textura, etc, jamás se hablaba del SUJETO, un total olvido del ser como dice HEIDEGGER. Mi práctica personal, mis lecturas, mis vivencias me llevaron a modificar este esquema, yo antes del objeto nombro al sujeto autor y al sujeto público y la relación que existe entre ambos. Conócete a ti mismo es lo que busco con la autobiográfico que cada día se hace más relevante para mi. Puede haber o no haber objeto, depende de la necesidad expresiva del sujeto. Cuando tú mismo en mi taller presentaste como propuesta el traer a tu hijita para celebrar con nosotros todos su primer cumpleaños para mi fue algo muy hermoso, ya se había dado una gran apertura en ti en tu concepto de arte, para mi fue algo asombroso, también era un regalo para el grupo pues era una manera de decirnos a todos: yo me siento bien entre ustedes, yo se que ustedes son sensibles y respetuosos, con ustedes si es posible hacer este gesto porque se que lo van a entender, a apreciar y a disfrutar. Hablabas de ti pero también hablabas de los demás. Era tu verdadera autobiografía, jamás lo olvidaremos ni tú ni nosotros. Llevar mi casa al museo en parte tenía que ver con mi observación de las personas que entraban en mi casa real, el joven que me traía el agua potable se quedaba mirando mis sillas y me preguntaba: -¿qué es eso?-, le llamaban mucho la atención al yo introducir una modificación en un objeto que todos hemos experimentado con nuestra vista y nuestro cuerpo en la cotidianidad, esto causa una pequeña perturbación en nuestras conexiones cerebrales. Entonces me dije, llevaré la casa al museo para que el que quiera pueda entrar y ver con toda libertad esas sillas extrañas y otras cosas. Fue una exposición muy compleja con muchos niveles de significación. Mi obsesión con el tiempo se veía muy bien reflejada en los frascos en la cocina con mi rostro desde el año que nací 1940 hasta 1998 el año de la exposición. También en el polvo de mi cuarto donde se podía ver en la inscripción un texto que decía: el polvo de mi cuarto, el día, el mes, el año y la hora en que recogí cada uno de las 35 placas conmemorativas que contenían el polvo de mi cuarto. Tu pregunta es muy compleja e interesante y daría para una tesis doctoral, me gustará hablar más de todo esto contigo.

F.F. –Bien. Para usted es muy importante la educación del creador. ¿Desde que punto un artista debe estar atento de la realidad circundante?

A.S. –Precisamente mi rol de educadora de creadores es lo que me permite estar en contacto con la realidad circundante. Mi modelo de artista no es aquel en que te encierras en una torre de cristal, haces tu obra, tienes una galería que te vende, te haces rico, te compras una casa, un carro de lujo, etc. Y por supuesto enseñar es lo que menos les interesa. Mi proyecto tiene que ver con mi país, con Venezuela y todas sus circunstancias. Me fascina observar el proceso que siguen aquellos que han sido mis alumnos y a los cuales pude hacerles un seguimiento durante un año y ser testigo de su proceso. Me da gran satisfacción verlos realizándose como investigadores, como lo que cada uno desee escoger ser. Es bueno recordar que mis primeros estudios fueron de PSICOLOGÍA en la UCV, cursé dos años y medio pero allí ya se refleja mi interés por conocer a los seres humanos, observar la conducta humana.


F.F. –John Cage no era músico y Marcel Duchamp no era pintor, sin embargo ellos eran artistas a tiempo completo. ¿Antonieta Sosa es una artista a tiempo completo?

A.S. –Como te dije al principio yo me considero una investigadora de arte a través de lenguajes no verbales y verbales también. Cuando hablo del sujeto artista digo que hay que problematizar ese rol, hasta ahora se decía: ¿qué eres? Soy pintor, soy dibujante, soy escultor. Pero conozco artistas que dicen: yo soy un comunicador (Marco Antonio Ettedgui), yo soy un operador plástico (Víctor Lucena), y así. A veces pienso que desde el punto de vista semiológico somos SIGNIFICADORES, tomamos un signo o significante que tiene un significado determinado en la cotidianidad, le quitamos al significante ese significado, lo dejamos vacío y luego le introducimos el significado que nosotros decidimos introducirle. Tengo una silla con vidrios en el lugar donde te vas a sentar y se titula “SILLA EN REGISTRO DE DOLOR”, con ella yo expreso mi angustia por la violencia que se está viviendo en Venezuela con la delincuencia desatada, yo misma no salgo de noche pues siento mucho miedo, amo la vida y cuido mi sistema nervioso. ¿Cómo detener ese horror que nos amenaza a todos, viejos, adultos y niños? Quizás debemos sentarnos a reflexionar sobre esto, hacer un congreso convocando a todos los seres pensantes del país para buscar soluciones que no sean la represión sino otras alternativas.

F.F. –Dice Milagro Haack: “Danzar es manifestarse porque el cuerpo habla. Dibujar es dar una lectura”. El cuerpo es muy importante para usted. ¿Desde dónde habla su cuerpo? ¿Cómo lograr una lectura con él?

A.S. –Cuando un artista hace pintura también está en el cuerpo, todos estamos en el cuerpo siempre mientras estemos vivos, el cuerpo es la misma naturaleza, tenemos en nuestro interior ríos, nuestro cuerpo tiene volúmenes, tiene temperatura, lo tiene todo. Sólo que hay que tomar conciencia de eso, conectarnos con ese cuerpo, conocerlo, apreciarlo. Hay personas que andan por allí cargando un cuerpo con el cual no están vinculados, si estuvieran vinculados jamás llegaría a tener esas inmensas panzas causadas por al mala alimentación, por no sentir el volumen de su cuerpo. Lygia Clark dice “CONCIENCIA DEL CUERPO, CONCIENCIA DEL COSMOS” una cosa conlleva a la otra. Cuando vez un cuadro lo vez con tus ojos que están en tu cabeza, y fue hecho por una mano, por un brazo, por un cerebro. Pero cuando vez una silla la lees con los ojos, con tu columna vertebral, con tus nalgas, con tu piel, con todo tu cuerpo. Mi cuerpo habla desde la interrelación entre mi cerebro y mi cuerpo que están estrechamente vinculados. Imagino que como no soy dibujante la lectura se podrá hacer desde una fotografía o un video.

F.F. -No en vano dice: “En el cuerpo, si se trancan los canales, si se trancan las venas, algo pasa”. Es evidente que el cuerpo es lo más cercano a la vida y a la muerte. Sentirse, dolerse, vivirse, ¿es tener los canales abiertos? ¿Las venas bien ajustadas?

A.S. –Cuando una persona realiza expresión corporal, lleva toda la energía de manera consciente a las diversas partes de su cuerpo todo comienza a fluir. Recuerdo una vez en la Escuela de Artes Visuales Cristóbal Rojas donde enseñé durante 16 años, hasta el año 2000. Tenía un grupo de adultos de cursos libres, un día les propuse hacer una experiencia corporal, les dije que vinieran en ropa deportiva. Todos participaron. Al final una señora que ya era mayor me dijo que ella al comienzo pensó que no podría pues tenía tiempo limitada con sus movimientos a partir de una caída que había sufrido, y se sorprendió ella misma al verse corriendo, saltando, rodando por el suelo, haciendo sonidos y se sintió muy feliz. Hoy en día la expresión corporal es materia de estudio para las maestras preescolares y eso es buenísimo, pero pienso que no se deberían detener allí que debía ser una práctica a todos los niveles.


F.F. –Si le nombro a Claudio Perna, Yves Klein, Josep Beuys, Carlos Zerpa, Armando Reverón, ¿qué me respondería?

A.S. –CLAUDIO PERNA: el geógrafo, el primer artista conceptual venezolano, supo unir el arte y la geografía. Demuestra que ser investigador plástico y ver la relación con su profesión original la geografía es algo que logra ampliar ambas especialidades, una enriquece a la otra. Fue a través de él que conocí a los otros artistas interesados en lo conceptual como Héctor Fuenmayor, Carlos Zerpa, Eugenio Espinoza, etc… pues me invitó a participar en su propuesta ARTE EN VITRINA y fotografió algunos de mis objetos. Fue todo un personaje en el medio plástico venezolano.

YVES KLEIN: lo investigué para una conferencia que dí en el Museo de Bellas artes a raíz de una exposición curada por María Elena Ramos sobre la TRANSPARENCIA. Me invitaron al panel y me dije, Yves Klein no puede faltar cuando se habla de transparencia. Así que hice una ponencia performática. Leí un texto llamado UNA BIOGRAFIA MUY SIGNIFICATIVA titulada “AYER FUI LA NOVIA DE DUCHAMP, HOY SOY LA MÁQUINA DE TINGUELY, MAÑANA……” Me interesó mucho su interés por el VACIO, su performance con los cuerpos de las mujeres llenos de azul IKB que el había patentado y luego dejaban la huella de sus cuerpos sobre la tela, y llamaba ese resultado ANTROPOMETRÍAS. Era yudoka y entendía muy bien las energías corporales.

JOSEP BEUYS: GRAN PEDAGOGO, siempre señalando el camino para cuidar al sensiblidad y la vida. El contenido autobiográfico que tenían todos los materiales que usó en su obra: fieltro, miel, grasa, cobre, carbón, todos materiales conductores de energía y de vida. Decía que la democracia existe como concepto desde los griegos pero que los humanos no saben llevar ese concepto a la práctica pues no saben ser participativos y exigir que se les permita participar. Por eso hacía lo que el llamaba “LAS ESCULTURAS SOCIALES”. Reunía a grupos de personas y les planteaba problemas de reflexión social y a medida que pedían la palabra y participaban verbalmente estaban poniendo en práctica lo social y pasaban a ser parte de su escultura. Me gustaría pensar que mis clases son esculturas sociales en el sentido de Beuys.

CARLOS ZERPA: un preformista rebelde, realizó en los años 80 los performances más agresivos y violentos del ambiente local, como yo no se ha retirado del performance sino que continúa trabajando alternativamente con su pintura, sus objetos, sus instalaciones y sus performances. Creo que maneja de una manera magistral el uso de objetos de la cotidianidad para convertirlos en elementos expresivos. Algo que tú también Franklin sabes hacer de manera excelente pero con otras cargas de significación. El mundo de Zerpa se nutre de información muy distinta a mi mundo, a él le interesa mucho el rock algo que está muy lejos de mi experiencia.

ARMANDO REVERÓN: la última parte de mi performance instalación llamada “DEL CUERPO AL VACÍO” GAN 1985 se titula “CIRCULO DE LUZ” HOMENAJE A REVERÓN. Me fascina REVERÓN, y entendí que el supo de verdad ver lo que ocurría con la luz en el trópico. Los europeos de manera romántica pensaban que en el trópico los colores se verían más brillantes, más saturados. Reverón como un verdadero FENOMENÓLOGO supo ver el fenómeno de la luz en el trópico sin preconceptos, se trata de ver, ver de verdad. Y lo que vio es que todo lo contrario, estando a 10 grados norte del Ecuador al mediodía con el sol a plomo ocurre que el fenómeno pasa su umbral perceptivo y todo se descolora, los volúmenes dejan de verse como volúmenes, se aplanan y la luz rebota sobre los objetos devolviéndose de manera completa hasta el ojo del espectador, el mar se ve como una mancha blanca casi plateada. He tomado fotos en la playa donde ese fenómeno se hace evidente. También me gusta el hecho de que se creó su propio hábitat con los materiales que tenía a la mano. No sólo realizó pinturas sino también se rodeó de objetos construidos por él, la mantilla negra con la que expresa la noche y con papelitos metálicos simula las estrellas, la jaula con el pajarito de papel, las muñecas, sus trajes. Reverón se adelantó a su época, fue el primer artista corporal venezolano, realizaba rituales corporales frente a sus obras y tenía un gran sentido histriónico.



F.F. –¿Contribuye el artista a una mejor interrelación entre la sociedad y el producto de su trabajo?

A.S. –Franklin, encuentro esta pregunta muy compleja, ¿me la podrías formular de otra manera?

F.F. -¿Es el artista el mediador por excelencia entre el sujeto y el objeto? ¿Es el artista el que verdaderamente llega a sensibilizar el mundo perceptivo, visual y espiritual de las personas?

A.S. -Sólo te puede decir que soy una convencida de que LA FELICIDAD es algo que lo construimos nosotros mismos, te pongo un ejemplo: trabajas muy duro realizando un trabajo de investigación sobre un artista que solo conoces por imágenes en libros y realizas un ensayo o una tesis. Un día viajas y entras a un museo y allí está, tienes delante de ti una obra original de ese artista, la emoción es muy grande, al menos yo he tenido esa experiencia. Me gusta mucho observar a las personas visitando las exposiciones y viendo sus reacciones. Cada obra es un termómetro que te habla de los valores y las creencias de cada persona, una obra irreverente hace reír a unos pero irrita a otros. El artista tiene en sus manos lograr: crear conciencia, sensibilizar, dar alegría, enriquecer el mundo perceptivo de los humanos. Conozco un médico cardiólogo que es estudioso del arte y se ha especializado en artistas como GAUGUIN, el dicta conferencias sobre este artista a sus colegas, puedo observar que su interés por el arte le enriquece la vida, una vida que puede ser muy dura al tener que enfrentarse con problemas de salud de sus pacientes. Creo que es por esa razón que en estos momentos hay tanto interés en llevar las manifestaciones artísticas a la calle, para poder ofrecerle esas experiencias enriquecedoras a personas que jamás han visitado un museo o una galería. Además porque a su vez esa situación enriquece la experiencia del mismo artista. Observo que muchos jóvenes artistas están interesados en incursionar en este tipo de manifestación. Esta misma semana (hoy es martes 9 de septiembre del 2008), iré a Sabana Grande y a la zona de la Estación Bellas Artes aquí en Caracas a ver las presentaciones de artistas tanto extranjeros como locales dentro de la programación del “CUARTO ENCUENTRO MUNDIAL DE ARTE CORPORAL DE VENEZUELA” que se está realizando en diversos lugares del país durante esta semana. Imagino a una persona que viene por la calle preocupada por los conflictos que tuvo ese día en su lugar de trabajo y de pronto frente a el está un artista con un traje extraño evocando sensaciones que esta persona jamás había visto antes en su vida. Creo que toda la energía de su mente y de su cuerpo se activan y le generan una energía con un inmenso potencial vital = VIDA, de eso se trata. No sé si te contesté la pregunta.

F.F. –Sí. Muchas gracias Antonieta.

A.S. -Gracias a tí Franklin. Ha sido muy estimulante para mi cerebro y toda yo esta entrevista pues me conduce a verme y más dialogando con una persona como tú, de gran inteligencia y sensibilidad. Conocernos en la situación pedagógica fue un gran privilegio para mí. Mil gracias por este interés que has tenido es entrevistarme.


Franklin Fernández y Antonieta Sosa en Barcelona, 2008.

jueves, 17 de julio de 2008

Carlos Yusti: “Pintar es avanzar por esa vereda donde el color y la imagen también son una escritura”.


Carlos Yusti (Valencia, Estado Carabobo, Venezuela, 1960), es pintor y escritor. Como pintor ha realizado un buen número de exposiciones individuales y colectivas. Como escritor, ha publicado “Vírgenes necias”, “Cuaderno de argonauta”, “De ciertos peces voladores”, “Pocaterra y su mundo” y “Dentro de la metáfora”. Dirige la página de arte y literatura por Internet Arte Literal y Códice. Participa activamente en la revista Rasmia Literaria, que se edita en papel, y sus textos se publican en El Correo del Caroní y en la página cultural Letra Inversa de Noti-Tarde. En 1996 obtuvo el premio de ensayo de la Casa de la Cultura Miguel Ramón Utrera con el libro “Cuaderno de argonauta”. Actualmente reside en Ciudad Guayana, Ciudad Bolívar, donde se desempeña como director de las revistas Fauna Urbana y Fauna Nocturna. Tiene alrededor de cuatro libros inéditos.

Franklin Fernández.

F.F. -¿Qué es el ensayo para un escritor de altura como Carlos Yusti?

C.Y.
–Eso de altura produce un poco de vértigo. El ensayo es un género bastante maleable lo que permite abordar los temas con algo de poesía, narrativa o crónica, un poco de erudición y lectura por acá; también algo de filosofía y cosa por allá. Uno se puede tomar algunas licencias a la hora de escribirlos buscando quizá desbrozarlo de cierta rigidez académica, de ese profesoral y casposo estilo. Algunos ensayistas también van por la novela o el cuento debido a que al ensayista no se le considera del todo escritor en mayúscula. El ensayo escrito desde la pasión y la inteligencia puede llegar a ser una pieza literaria creativa de altos vuelos para contrarrestar el vértigo de tantos cagatintas iletrados que pululan por las escuelas de letras y periodismo.

F.F. –Usted, además de escritor, también pinta. ¿Cómo es la relación de un ensayista con la pintura?

C.Y. –A manera de broma digo que pinto para no escribir y viceversa. Me gusta hacer crítica de arte, explorar a través del ensayo el universo paralelo de los pintores y sus creaciones. Esto me llevó a la pintura para conocer las técnicas y los materiales que utiliza el pintor. Pintar es avanzar por esa vereda donde el color y la imagen también son una escritura. Escribir es la posibilidad de explorar en nuestro mundo interior, es tratar de aprehender el alfabeto de nuestro espíritu. Escribir y pintar, actividades que realizo desde una posición amateur, desde esa nada agradable posición del outsider, pero no sufro por ello.

F.F. -Sus textos suelen ser autobiográficos. Su visión crítica del mundo la sustenta de sus lecturas, de sus vivencias, de su propia experiencia de vida… ¿no es cierto?

C.Y. –Pienso que la escritura es un pasar en limpio las vivencias, un saldo de cuentas con lo vivido y con la experiencia leída. También es una manera de recuperar eso, que con el transcurrir de los días, hemos olvidado; recuerdos que están en nosotros, pero que parecen flotar en una zona muerta. La escritura es una manera de instaurar memoria donde por decreto o por dejadez mental florece el olvido o se amaña la historia con mitificaciones espurias para que la foto de los héroes impolutos no quede movida.

F.F. -¿Qué tanto influye en sus ensayos el ambiente social o político de un país?

C.Y. –Escribir al margen de los vaivenes políticos y sociales es una soberana estupidez. Susan Sontag que es una escritora por la que no siento mucha devoción escribió: “La primera tarea de un escritor no es tener opiniones, sino decir la verdad... Y negarse a ser cómplice de mentiras e información errónea. La literatura es la casa del matiz y de la indocilidad a las voces de la simplificación. La tarea del escritor es que sea más difícil creer a los saqueadores mentales”. La verdad es relativa, pero la responsabilidad del escritor está en darle majestad y magia al lenguaje cuando desde el poder, político o religioso, lo vacían de contenido o lo convierten en formulas publicitarias, en lugares comunes mediáticos o en oraciones retrogradas, genuflexas y ortodoxas.


F.F. -¿Cómo hace un ensayista para estar “Dentro de la metáfora”?

C.Y. –No estamos a salvo del ridículo ni del absurdo cotidiano y un poco mi último libro Dentro de la Metáfora trata de subrayar ese mecanismo insólito que a veces atrapa a escritores y poetas. Hay una metáfora babosa que chorrea detrás de la normalidad de todos los días, baba que nos salpica a todos por igual, pero que el escritor registra en sus cuentos, poemas, novelas y ensayos. Estar dentro de la metáfora es formar parte de esa gran relojería fantástica que es la literatura y el escritor, el pintor o el poeta tarde o temprano termina como personaje de esta charada metafórica.

F.F. –Hay una frase suya que dice: “Todo escritor, consagrado o que apenas se inicia, tarde o temprano se topa con el bloqueo creativo, se enfrenta a esa pared lejana del silencio”. ¿Es el silencio un indicio de perpetuidad para Carlos Yusti?

C.Y. –Hay un proverbio árabe que dice más o menos así: “No escribas o digas nada que no sea más bello que el silencio”. Desde este punto de vista el silencio tiene un sentido trascendental impecable/implacable. El silencio para mi es no pintar, es no escribir una línea en lo absoluto. Un silencio desde esta perspectiva es la peor tortura, el más humillante de los encierros.

F.F. -¿Cuál es el eje principal en toda su obra? ¿Qué se propone usted con sus ensayos, con sus poemas, con sus pinturas?

C.Y. –El eje fundamental de los pocos libros que he escrito y publicado sería el lenguaje en una situación especial, el lenguaje sometido a las vicisitudes creativas de la vida y de los parámetros lexicales del tiempo que me ha tocado en suerte. Trato de sacarles chispas de belleza al lenguaje, intento crear belleza a partir de una frase, de un párrafo sin dejar las buenas y malas pasiones que me circundan. Como creador me preocupo que mis textos y pinturas agreguen humanismo, belleza y alma a un mundo de groseros apetitos en el cual se reivindican valores contrarios al espíritu.

F.F. –Parafraseando a Vargas Llosa. Al escribir, ¿suelta usted sus demonios?

C.Y. –Más que soltar los demonios, los domésticos, les doy un poco de urbanidad, pero en fin siguen siendo demonios.

F.F. –Carlos, ¿qué se siente al terminar un libro de ensayos?

C.Y. –Es vez de un libro más siempre me digo un libro menos. Esto me permite retomar otros textos y comenzar el ciclo de nuevo. No caigo en esa cursilería barata de considerar los libros como hijos y se a la perfección que son el esfuerzo de una actividad que en nuestro país es mal recompensada. Aquí se es escritor a fuerza de ganas y obstinación y esto es lo endemoniadamente interesante de este oficio. Sin mencionar que el ensayista es un paria del mundillo literario, especie de descamisado que parece estar demás en todos lados.

F.F. -¿En qué lectores piensa constantemente Carlos Yusti? ¿Quiénes han influido más en sus ensayos? ¿Cuáles son sus libros de cabecera?

C.Y. –En Valencia formé parte de un grupo literario, pero en verdad era un grupo de bebedores con veleidades de escritores. No obstante más que la caña nos unió una fe ingenua y algo pagana por la literatura. Nos encontrábamos en algún bar o en uno que otro café y leímos nuestros escritos. Luego nadie quería publicarlos y tuvimos que editar una revista. Esta experiencia me enseñó a pensar el lector. La revista era un panfleto incendiario de groserías y en vez de estilo tenía malos modales. Queríamos que nuestros lectores se sintiesen tocados, para bien o para mal, por la literatura. En estos inicios los lectores son cosas vagas, difusas. Pero un buen día alguien te responde por la prensa sobre algo que escribiste, alguno te detiene en la calle con ganas de partirte el alma por un texto tuyo o en mitad de una charla una persona trae el recorte de un artículo tuyo para recriminarte cierta frases polémicas. En esos momentos uno cae en cuenta que lo escrito hace eco en los demás y entonces escribir se va convirtiendo poco a poco en una responsabilidad, en una ética.

De los autores venezolanos Santiago Key-Ayala, Bolívar Coronado, José Ignacio Cabrujas, Francisco Rivera, Elisa Lerner. De los extranjeros Elías Canetti, Umberto Eco, Francis Bacon, Fernando Savater, Montaigne, Voltaire. Mis libros de cabecera son Extraterritorial de George Steiner, el Diccionario Filosófico de Voltaire y los Aforismos de Georg Christoph Lichtenberg.

F.F. -¿Qué opinión tiene Yusti sobre su obra literaria?

C.Y. –Que podría ser mejor, pero a falta de talento puede que la inteligencia y el empeño den algún fruto exótico. Mis libros no son proyectos pensados o demasiado elaborados y se escriben en el día, en ese trabajo cotidiano en el que se traspapela la vida con lo leído y viceversa.


F.F. –Tengo un poema que dice: un libro es un pájaro cuadrado. ¿Qué representan los libros para usted? ¿Qué son los libros para Carlos Yusti?

C.Y. –Para mi son objetos para el rechazo o el disfrute. Algo de mágico tienen y a veces son como el espejo de la bruja de los cuentos en la que uno como lector intenta verse bello e inteligente. Meterse en un libro es hacerse uno con las palabras y la imaginación. Tengo más aprecio por Don Quijote, Los Tres Mosqueteros, el capitán Ahab y otros personajes que por mucha gente real que conozco, mea culpa.

F.F. –Dice el presidente Hugo Chávez que “cultura es lo que somos, lo que fuimos y lo que debemos ser”. Es decir; la cultura es la vida misma, lo que transformamos en nosotros para un bienestar mutuo. En otras palabras, es lo hace el pueblo con o sin gobierno. ¿Está usted de acuerdo con esa concepción?

C.Y. –Nunca he sido amigo de ideas sumarias o de frases retóricas que buscan simplificarlo todo. Por ejemplo eso de “cultura es todo lo que hace el hombre” me parece exagerado. Los Nazis eran en extremo cultos, pero esto no impidió que gasificaran y quemaran seres humanos. La cultura no es garantía de nada. Mucho menos creo que exista una cultura popular y una cultura de elites. Abogo más bien porque la gente, independientemente de su contexto social, se convierta en protagonista del hecho cultural: que sea Actor y Espectador de la actividad cultural y que independientemente de la calidad estética asuma la literatura, la pintura, la danza y el teatro como una forma de expresarse. Quizá esto no lo convierta en un artista en mayúscula, pero le ayudará entender un poco el proceso creador, le brindará algunas herramientas para ver en la expresión artística una visión crítica y espiritual del mundo.

El Estado siempre quiere que la cultura responda a determinados parámetros políticos e ideológicos, pero creo que la gente debe expresarse artísticamente por encima de las recetas culturales del estado y así el arte pueda vivificarse y renovarse. Siempre tomo como ejemplo el realismo socialista ruso que en vez de tonificar la pintura o la literatura la castró con terribles consecuencias. El arte es una manera de respirar y el aire no tiene matiz político.

F.F. -¿Cómo ve el éxito de la democracia en nuestro país? ¿Cómo ves el futuro de Venezuela? ¿Qué es lo que más destacas de nuestro sistema de gobierno? ¿Qué es lo que más admiras de nuestra Revolución?

C.Y. –Me gusta que la cultura en todas sus facetas pase a primer plano, que sea la protagonista imprescindible. La revolución tiene que ser cultural (note que ya estoy cayendo en el tópico). Que la gente asuma roles de poder real. Que el pueblo deje de ser una consigna gastada y se convierta en protagonista crítico de sus procesos sociales, políticos y culturales para que lo políticos de oficio se jubilen de una vez por todas y para siempre.

martes, 10 de junio de 2008

Milagro Haack: “Danzar, es manifestarse, porque
el cuerpo habla, dibujar es dar una lectura”.

Milagro Haack con la poeta Elizabeth Schon.

Franklin Fernández.


F.F. –Milagro, ¿qué es para usted la poesía? ¿Qué nos diría sobre ella?

M.H. -El infinito, donde las búsquedas se hacen permanentes, eso me atrae, el asombro del detalle cotidiano, de la realidad visual de cómo se atrapa ese instante sin opuestos, sin límites. La poesía, es lo invisible de ese más allá que no podemos eludir.

F.F. -¿Qué la llevó usted a la poesía?

M.H. -Es una historia larga. Mis comienzos en el arte fueron desde la infancia, desde que deseaba danzar con el aire, aún no tenía conciencia de lo que sentía, por ello estudie ballet, con Nina, además, entré en la escuela de artes Arturo Michelena, allí se me abrió una de las tantas puertas. La puerta de la fusión de agudizar los sentidos. Por ese camino me vi dibujando, escribiendo en códigos en un diario como todas las niñas que sólo yo lo podía comprender, sólo yo tenía esa llave, hasta que un buen día me encontré con un libro cuando iba camino a la escuela de artes, una antología de poetas hispanos, y comprendí con el mismo asombro que algo de mi diario o libros negros como los llamé después, se acercaba, aún así, no lo percibí, como ahora. Fue estudiando teatro, escuchando poemas que me leían desde pequeña, que se fue despertando esa otra puerta donde estoy ahora, abriendo horizontes. Un detalle que aún conservo, es que mi madre me decía -naciste con un lápiz en la mano-, siento que fueron muchas pinceladas, que me llevaron a la poesía, lo natural, el viento, el terreno, mi abuela, mis ancestros…

F.F. –Más allá de esas pinceladas, ¿qué fue lo mejor que usted contempló o escuchó de la poesía?

M.H. -Vivirla, sentirla en su entorno natural, convivir con las palabras, ya que somos seres de diálogo, todo es palabra, signo, es referencia del pensamiento, de lo infinito del mismo ser y reconocerse a través de cada vivencia junto a ella, para trascender en su espacio.


Con el maestro Eugenio Montejo.


F.F. –Y en ese sentido, ¿qué es lo mejor de su poesía y qué es lo peor?

M.H. -Lo mejor, fue aceptarla, vivir para sentirla, es parte de mí, como ser en ojeos de esencia. Lo peor quizás, sería dejar de escribir, de buscar la fusión de las artes, dejar de regenerar todo un pasado, quizás, caer en el olvido y no continuar abriendo más puertas y encontrando nuevas llaves.


Con el poeta y ensayista José Napoleón Oropeza.


F.F. -Después de escribir un poema, ¿qué hace? ¿Cómo reacciona? ¿Qué es lo primero que siente frente a un escrito suyo? ¿Cuál es su primera impresión?

M.H. -El asombro de ver un papel en blanco en movimiento, por eso mi reacción es danzar, y continuar danzando. ¿Qué siento? Eso no lo puedo definir. Pero, acercarme al poema, leerlo en voz alta, entonces, viene la Milagro crítica, y allí originamos una conversación, sobre el futuro de ese escrito. Por lo general, es asombro, sin dejarme llevar por lo emotivo de ese instante, ya que aunque sé que debo contar o trasmitir una sensación, tengo una gran tendencia crítica, ya que me atraen los símbolos. Entonces, investigo, el por qué, el cuándo y el dónde, hasta encontrar la armonía visual, por ello, sigo danzando, hasta que se unan las voces en una sola.

F.F. -¿Tiene alguna predilección por autores celebres, raros o desconocidos? ¿Alguna inclinación por poetas o escritores extranjeros? ¿De qué fuentes de la poesía o literatura universal ha bebido?

M.H. -Varias preguntas. Bien, tengo una tendencia por los escritores simbolistas, místicos, esotéricos, (benigna combinación). Soy una amante de mi idioma natal, de los poetas de habla hispana, leo muchos a los hispanos, y aquí incluyo, que aún me falta mucho por leer y como dice Cadenas, que el idioma es un arte para toda la vida, y cada día es encuentro y reencuentros fascinantes… y eso me llena. De las fuentes, he bebido, que tengo como voces que me llaman, citando algunos, como Borges, Fray Luis de León, Lezama lima, Martín Adán, Enriqueta Arvelo Larriva, Fernando Paz Castillo, mi amado Gerbasi, Alejandra Pizarnik, Elizabeth Schön (con ella tengo diálogos muy visuales, de encuentros, ella es muy cósmica, y eso atrae). Vaya, son muchos, esto de lector es interminable, Emily Dickinson, Rilke, Stéphane Mallarmé (son una fascinación, cuando menos lo esperas allí estoy con ellos), también, recurro mucho a los pensadores como Arthur Schopenhauer, Nietzsche, San Agustín, Heráclito, Sócrates, Santo Tomás de Aquino (encontré en una venta de libros usados sus obras completas, pertenecían a un seminarista), Martín Heidegger, Paul Sastre, María Zambrano, (es especial para mi su pensamiento: EI hombre y lo divino. Filosofía y poesía..., es especial…). Investigo sobre la astrología, otras ciencias, culturas antiguas, religiones, libros de artes y vida, eso me encanta como la de Rodin y Camille… Por favor que me perdonen, mis seres leídos, ya que si olvido a Rubén Darío, Eliot, Federico García Lorca, Huidobro, Vallejo, Neruda, Girando, entonces, nunca se termina de leer y volver a encontrarse, y como veras, aún no llego a la quinta esencia.

F.F. -¿Cuál es su estrategia fundamental para escribir un buen libro de poemas?

M.H. -Lo natural, saber escuchar al viento, los mensajes, y no lo creerás, pero tengo un pájaro que me despierta para que asuma lo blanco. La noche es mágica, es otra visión con otros entes, y dentro de ella, vienen imágenes y tengo que escribirlas muy rápido, cualquier detalle de lo que me rodea, es la mirada que se convierte en decir, decir, y continuar en diálogo con lo sencillo que es permanente, aunque, muchos me expresan que debo menos arriesgada con el lenguaje, pero, cómo no decir que tengo una mesa preñada de velas, si existe, eso no puedo dejarlo fuera de un escrito. Escribir un buen libro de poesía, eso es grande, y trato de hacerlo.

Con la magnánima Ana Enriqueta Terán.


F.F. -¿Qué imágenes resultan recurrentes en su escritura?

M.H. -He vivido en espacios distintos, por ello, el silencio como búsqueda es recurrente, el movimiento, lo aéreo que trato de alcanzar, las aguas con su danza ancestral. Quizás, tenga muchas ya que el signo está dentro y fuera de su silencio.

F.F. -¿Cuál es el valor de la libertad en su poesía?

M.H. -La libertad de la poesía es asumir los riesgos de ella misma, allí, está su valor para defenderla en totalidad, en expresión, en todo por este TODO que me lleva de la mano, acercándome, siempre a traspasar límites de fronteras con una muy clara conciencia de los mismos riesgos que asumo del renuevo que me solicita, siempre.

F.F. -¿Qué quiere entregarle Milagro Haack al lector a través de sus libros?

M.H. -La fusión, el sentir sin desiguales, la presencia de una voz, que quizás, pueda ser reconocible en cualquier espacio, quizás…, pero tengo algo presente, que hay no caer en los “gustos”, y ser mejores lectores, esa es otra de mis búsquedas. No creo en gustos, sino en la creación y regeneración del arte, así como tú lo haces, eso me parece maravilloso, expresivo y con una gran calidad de unión a través de los objetos que muchos ya no miran, y existen, como el viento que está en este instante danzando con la cortina de mi estudio, libre, y lo siento poético por eso.

F.F. -¿Cómo es su relación con la poesía? ¿Cómo es su relación con los poetas? ¿Cómo es su relación poética con las cosas?

M.H. -Bien, siento que debe ser equilibrado, por un lado, por el otro siento que mis búsquedas no terminan, por ello, estoy en constante movimiento, regenerando los espacios habitados y por habitar. Nunca cierro puertas, y eso es muy significativo para mí como ser de diálogo.

F.F. -¿Cuál debe ser la función de un poeta en un mundo globalizado?

M.H. -Asumirlo, es uno de los grandes pasos ya dado por muchos, es como romper el cascaron. Hilar y fusionar lo que se revela de otras formas de luces, que intuimos, de otros terruños, como propios, y eso es un salto, y no al vacío, sino para el agasajo del intercambio cultural, y en otros campos, estando aquí y allá, es muy vistoso, y me agrada.

Con Belkys Arredondo Olivo, Ximena Benitez y Edgar Vidaurre.


F.F. -Háblame de Lalupe.com ¿Cómo asumió usted el reto de ser su director de arte? ¿Qué le atrajo de esta virtualidad lúdica, poética?

M.H. –Ante todo La Lupe como portal literario ya existía, antes de esta nueva visión. Por el año 2005 entro en conversaciones con el director y dueño del portal La lupe.com; Ugo Calvigioni, escritor, una persona muy conocedora lo digital, muy inquieto, a saber que en Internet, si no renuevas, muere, por ello, siempre le manifestaba darle un giro regenerativo, más, cercano al artista. De allí, comienza, toda una investigación de portales literarios, de lo qué desea un creador, con horizontes de no ser otra más, entre tertulias y lugares de “autores pasivo” (esto no niega que existen portales con calidad). Buscándome, como escritor, ingreso en esta nueva visión, donde me confiaron la dirección de arte, ya que, va más allá, la unión de países, es un proyecto de visión de un portal de difusión de nuevos diálogos, donde la fusión de las artes se encuentran, la poesía digital, los collage, arte digital, arte, allende del diseño, y las artes visuales, son enlace para la proyección de una obra saliéndose de lo frío de la electrónica cuando se plasma, y lo ves. Esto es un claro espejo al ver tu trabajo, matizado con sonido e imagen, eso, mueve fronteras y llega profundamente al espacio donde se inició esa escritura por parte del autor. Siento que lo corpóreo es algo mucho más intenso, por ello, me motiva, me moviliza a seguir y creo que las metas de La Lupe respecto a la amalgama del discurso, están dadas y para eso y mucho más, claro, con un punto de referencia, que es la apertura, bien claro, vuelvo y digo de “visión y diálogo”, de aceptación de ideas, de forma y de fondo; digo, sin dejar de valorar el ojo del otro, del logró de una fase, ya que estoy en mi país, y el portal es de Argentina, ya con eso, entramos en sin límites de espacio, entonces, esta venezolana asumió el reto, porque cree y siente, el paso recorrido durante, ahora, y el eterno después, aprendiendo, operando desde adentro un portal activo, e invertir sólo con mi capital humano, eso me atrajo y mucho, sin embargo, cumplí un espacio, espero que lo estimen, aunque la satisfacción personal, es mucho más grande…,eso es importante para mi persona, como también, continuar pensando, en canalizar la visión de un artista, que no solamente tiende, sino que se esparce, que produce giros dentro de su espacio, necesita manifestarlo por ello está, porque el artista es buscador y en sus búsquedas renueva y crea regenerando tendencias, no al contrario, el artista da vida a los portales, no al contrario.

Milagro, acompañada de Rafael Cadenas.


F.F. -Su condición de poeta la ha llevado a experimentar con otras expresiones artísticas: Danza, pintura, collage, fotografía. Para usted, ¿cuáles son las semejanzas o las diferencias entre uno y otro lenguaje, entre uno y otro medio de expresión?

M.H. -Hay más semejanzas que diferencias, las diferencias lo hacen los artistas que crean en un género específico. Todo es diálogo, el ser se expresa con las manos cuando charla, danzar, es manifestarse, porque el cuerpo habla, dibujar es dar una lectura y así, ha sido siempre, somos los artistas que separamos y conceptuamos el arte.

F.F. –Bien, cambiando el tema. Jacqueline Goldberg criticaba hace poco la mala organización de los concursos literarios en nuestro país, ya que se cansó de esperar el veredicto final de uno de los concursos de poesía más importantes; la bienal Ramos Sucre, porque la decisión se postergó, retrasó y prorrogó más allá de lo normal. Jacqueline se retiró para entregarle el manuscrito de su poemario, "Verbos Predadores", al sello Equinoccio, de la Universidad Simón Bolívar. Pasaron los meses y, para su sorpresa, “Verbos Predadores” había ganado el concurso. A fin de cuentas, el jurado resolvió declarar el premio desierto y otorgar un accésit a tu poemario "Relámpago entre dos". ¿Cómo se siente Milagro Haack después de ese veredicto?

M.H.
-Me siento bien, fue una sorpresa tras otra, estando en Caracas, no lo sabía, me enteré por amigos, a mi llegada a Valencia. Ya sabemos lo que pasó, al declarar desierto la bienal en mención poesía, y el jurado y no la comisión organizadora (como han tratado de distorsionar) fueron que en su conjunto, expresaron a través de sus lecturas, un Accésit al libro Relámpago entre dos. Estoy conforme porque es la primera vez que envío a la “Bienal José Antonio Ramos Sucre”. Sólo espero, verlo publicado y continuar en este oficio creativo, donde la genialidad, pareciera pasar, quizás por debajo de la mesa, donde debemos pensar que reconocer al otro, es reconocerse a uno mismo como un artista, como ser humano, esto es crecimiento en todos los ámbitos que exploramos, asimismo, siento, si anulas al otro te anulas a ti mismo, eso es lo oscuro, sabiendo la época que vivimos en nuestro país. Asimismo, mi tercer libro “Puertas que no me pertenecen” por los años 80 recibió un distintivo, el cual fue notorio ya que el ganador de “la Bienal José Rafael Pocaterra” fue maestro Teófilo Tortolero. Mi oficio es callado, muchos pueden dar fe de ello, por eso, pertenezco a la generación de los 80, sin meditarlo, sin proponérmelo, además, casi no envío a concursos, este, es más fue iniciativa de mi hija Christinne, la que desde Caracas el 27 de marzo, lo envío y se lo agradezco.

Sobre lo de Jacqueline, sigue siendo la ganadora de la “Bienal José Antonio Ramos Sucre” y eso me complace a pesar de los detalles que de una u otra parte no se dieron, como sabes, las normativas de cada convocatoria, pero no puedo juzgar, sólo reafinarte que Jacqueline es la ganadora aunque el premio esté desierto y por ello me siento bien conmigo misma y con la poesía como diría mi diosa blanca Elizabeth Schön “la poesía es la gran regeneradora de las artes”, visión que profeso con todo la unificación que esto implica de un creador como lo es ella…

F.F. –Eso es bueno, porque al momento de enterarme del veredicto, las llamé a ambas. Y tanto en ti como en Jacqueline, apreciaba que sentían una por la otra; un profundo dolor y una inmensa pena. Jacqueline me confirmó que se sentía muy mal por la posición en la que te había dejado. Ahora bien, ¿no es incomodo aceptar un premio que se le acababa de conceder a alguien, en este caso en particular; a una excelente poeta con más de veinte años de reconocida trayectoria, aceptada por la crítica y el público en general?

M.H. –Bien, por ti me enteré, y otras personas amigas, y lo agradezco desde el alma. Sobre la conversación con Jacqueline, siento, que fue duro, muy duro para ella, lo cual visualizo y siento mucho que haya pasado, pero jamás debe sentirse mal conmigo..., por eso, siento que dar es mucho mejor que dejar en vacíos, incertidumbres alejándose de la esencia creativa, de lo ya conocido, trasmitido, y lo que queda por transmutar, en el quehacer poético, visual de todos los artistas, siendo una sola voz hacia lo universal. También, reconozco que Jacqueline, es una gran escritora, (la leo siempre la he leído, y compartimos algunas veces aquí en Valencia en eventos donde fue invitada) la cual fue la ganadora de la bienal, aunque este desierto, como te lo subrayo antes, por ello, el diálogo es eminentemente vital, por ello, su reconocimiento es real. Esta es mi reflexión, muy sana con conciencia, ya que sabes, de los entredichos y lo digo desde este espacio cuando abro puertas, y conozco las realidades de ambas partes, verdades, sintiendo, que no soy la persona indicada de develar. Sólo hay que tener sabiduría, aceptación, prudencia, y mucho más. Por ello, me siento libre, y muy agradecida por haber sido leída, reconociendo al mismo tiempo, los otros, mis iguales en este camino de búsquedas quizás más, transcendentes, aunque, no se sabe, sólo el espacio, el después, lo dirá y con esto te reafirmo, que no estoy de acuerdo con recibir un premio no mío, estoy bien, te repito, conmigo misma, con mi oficio visual poético, con todos, con Jacqueline. Otra cosa que me viene, a la mente es algo que escribí, sobre “los credos críticos en mi país” creo haberlo dicho antes en una entrevista y texto que después escribí -soy una extranjera en propia tierra-, pareciera, que sí…

F.F. -¿Qué lugar ocupa hoy nuestra poesía en el continente?

M.H. -Soy futurista y dadora, por ello, sin caer en lo encantado, en nuestro continente sudamericano, existen y existirán grandes creadores. Por ello, siendo nuestro idioma el más fuerte, el más hablado, es de tendencia estar de inicial, en la vertiente, sin embargo, seguimos siendo callados, y no generamos publicidad de nuestros talentos, eso es arte generativo, no se debe callar voces, como la de Gerbasi, por darte un ejemplo, se debe, promocionar mucho más, y con toda esta difusión visual masiva, y tecnológica mucho mas. Por ello las herramientas las hay, sólo falta la unión para regenerar las fuentes y las venideras que también necesitan de ese abrir puertas.

F.F. -¿Qué lugar ocupa hoy su propia poesía en el ámbito venezolano?

M.H. -Realidad, poca publicidad, mucha incertidumbre, sin embargo, hay mucho para dar al mundo, por eso, personalmente, con buenos escritores como Luz Machado, Ida Gramcko, Juan Sánchez Peláez, Rafael Cadenas, Eugenio Montejo, muchos escritores contemporáneos, y jóvenes dando la talla. Venezuela tiene rostro poético y muy de altura.

F.F. –Gracias Milagro…

M.H. –Gracias a ti Franklin, por tan buen instante de diálogo, por hacer vibrar cosmos y por supuesto, el disfrute de intercambios con otro artista, como tú.

Sus cinco hijos... y uno más.

Nota: *1. Actualmente, Milagro Haack ha aceptado ser nuevamente directora de arte de LaLupe.com.

lunes, 26 de mayo de 2008

Domingo Escalona: “Es la fe lo que te hace creer,
no la imagen. La imagen es de yeso”.


Franklin Fernández.

F.F. -Domingo, venía leyendo por el camino algunas notas de prensa sobre su trabajo, algunos textos; ensayos y entrevistas. Me impresionó mucho su humildad y su inteligencia. Sé que se considera un artista, un misionero, un predicador, un evangelizador. ¿Se siente usted más feliz con la religión o con el arte?

D.E.
-Con las dos cosas. Porque precisamente el arte viene de ahí, de la religión. Yo diría que el primer artista fue Jesús de Nazaret. Cristo Jesús. Cristo también fue el primer artesano, el primer gran artesano de la historia. Porque él aprendió de José el carpintero, que era su padre. Su padre adoptivo. Porque su verdadero padre era Dios. Dios y Cristo Jesús eran un mismo hombre, una misma espiritualidad. Dios tomó a Jesús como instrumento para poder venir aquí a la tierra a enseñar, a predicar, a evangelizar. La tierra está contaminada de malas cosas.

Cristo flagelado, 2005. Yeso y tela policromados sobre madera. 79 X 36 X 37 Ctm.


F.F. –Pero, ¿lo que hace usted es arte o es religión?

D.E.
-Arte, claro, arte propiamente. Soy un creador.

F.F. -¿Se considera usted un artista popular o un artista ingenuo?

D.E.
-Bueno, algunos dicen que soy un artista popular. Otros dicen que soy un artista ingenuo. ¿Cuál es la diferencia?

F.F. -Diría que la diferencia más clara es que un artista popular crea a partir de lo que ve fuera de él. Es decir; contempla, analiza constantemente lo que está pasando a su alrededor: procesiones, velorios, fiestas callejeras, serenatas, protestas, cantatas, bautizos. El artista ingenuo es más intuitivo. Inconscientemente es más espiritual, crea a partir de lo que ve dentro de él, directamente de la imaginación, toma muy pocos elementos de la realidad. Digamos que en el fondo es más simbólico, surreal, onírico…

D.E.
-Bueno, algunos dicen que no soy un artista popular sino un artista de gran relevancia, debido a los acontecimientos que han pasado en mi vida artística, la cual yo desarrollo, ¿no? Eso es muy importante. Es así como se ha convertido en un acontecimiento. Un acontecimiento no solamente de pueblo sino de estado. Y no sólo de estado, sino un acontecimiento importante a nivel nacional e internacional.

F.F. -¿Cómo un artista como usted logra esa relevancia? ¿Y hasta que punto cree que esa relevancia es importante?

D.E.
-Bueno, la verdad es que no sé. Lo que sí sé es que yo soy un hombre sencillo, un hombre humilde. Soy así como usted me ve acá ahora. No voy más allá que eso. Lo que usted ve aquí ahora es lo que soy, es lo que tengo. Pero a esa relevancia que dicen que tengo no le doy una mayor importancia. ¡Soy el mismo Domingo Escalona de siempre! Como será que ando mejor con una franelita, que con una camisa larga y de bolsillo.

F.F. -Jesús de Nazaret pudo haber dicho que él era el hijo de Dios, pero él nunca se aprovechó de eso.

D.E.
-Ni yo tampoco.


F.F. -¿La humildad es un reflejo de pobreza?

D.E.
-Bueno, lo que pasa es que algunos confunden la humildad no sólo con la pobreza, sino también con el desastre.

F.F. -Por eso se lo pregunto.

D.E.
-Bueno, ni siquiera la humildad espiritual es un reflejo de pobreza.

F.F. -¿Se considera usted un hombre pobre?

D.E.
-No necesariamente. Porque soy humilde no quiere decir que soy pobre. No quiere decir tampoco que voy a estar detrás del otro, del otro y del otro… ¡No, no, no! Lo que uno tiene que saber es cuando puede estar.

F.F. -¿Estar? ¿Estar para qué?

D.E.
-Para ayudar al otro. No por eso vamos a dejar de ser humildes.

F.F. -Muchas personas confunden humildad con pobreza. Incluso confunden humildad con ignorancia, ¿no?

D.E.
-Eso también es un error.

F.F. -La gente piensa que porque se use una camisa humilde se es ignorante.

D.E. -
Te digo que yo tampoco voy a estar todo el tiempo con una camisita deshuesada, un pantalón roto, unas chancletas feas y ese tipo de cosas. No. Para demostrar que se es humilde no hace falta eso. Porque la humildad no se muestra: se lleva por dentro.

F.F. -Evidentemente. La humildad no está ni en la ropa limpia ni en la ropa sucia… (risas de ambos). ¿La humildad, evidentemente, es necesaria?

D.E.
-¡Claro! Te digo simplemente que es necesaria la humildad, porque la humildad es necesaria. No es una cuestión de estilo. Es necesaria la humildad porque la humildad enseña, no nos viste. La humildad enseña a la persona a llevar una cruz. Yo he pasado por miles de pruebas Franklin: -que si soy loco, que si soy tonto, que si estoy destornillado, que si soy brujo, que si soy esto o aquello-. Bueno, la verdad eso me despreocupa, porque yo creo en mi trabajo. Aunque en el fondo me molesto, pocas veces…

F.F. -Siendo humilde y no pobre, ¿se considera usted actualmente un hombre feliz?

D.E.
-¡Sí, cómo no! Evidentemente soy un hombre feliz, muy feliz. La humildad ayuda mucho al hombre a creer en sí mismo. La felicidad la tenemos todos, aunque hay que descubrirla. Saber dónde está. Hay qué saber buscarla y dónde encontrarla.

F.F. -¿Crees que la humildad sea reflejo de debilidad?

D.E.
-Nada es perfecto. Hay un momento en que el hombre común ríe y ríe. Luego llora y llora. Es difícil de explicar. El hombre es feliz y llora. Pero el humilde, en cambio, sabe aguantar.



F.F. -Usted, que se considera un hombre fuerte física y espiritualmente, ¿qué hace para mantenerse vivo?

D.E.
-Rezo constantemente.

F.F. -¿Usted reza antes de pintar?

D.E.
-Sí. Ofrezco mis manos y las presento.

F.F. -¿Qué es lo que hace? ¿Puede explicarme eso?

D.E.
-Le presento mis manos a Dios porque yo soy un instrumento. Y le digo: -Dios, ayúdame, te ofrezco mis manos, para que esa obra mía sea tu obra porque tú me utilizas como instrumento-. Por lo tanto, mi obra es la obra de Dios porque él me utiliza como instrumento.

F.F. -Domingo, es muy hermoso lo que dice ¿Es por ello qué el tema religioso es una constante en toda su obra?

D.E. -
Sí. El tema religioso resulta porque yo soy católico. Y para todos los católicos es respetado lo que es cosa de Dios. Por allí es donde empieza el tema religioso. Pero usted ve el tema religioso por esas figuras que están ahí. Pero también nace dentro de mí, es como una necesidad. Somos obras de Dios, aunque no queramos reconocerlo muchas veces.

F.F. -Yo leí algo referente a la arcilla. Déjeme recordar. Se dice que las figuras usted no las quema porque se van al infierno sin justificación alguna, arden y sufren sin ser pecadoras, pierden el alma antes de pecar…

D.E.
-No es propiamente mío lo que se escribe ahí, aunque la aclaratoria, perfectamente, es mía.



F.F. -Es una bonita propuesta, una muy bella concepción y clara justificación…

D.E.
-Sí, claro, claro, se puede decir eso y entenderlo así, claro está…porque usted sabe que la candela es tan fuerte que se siente dolor en el alma. Yo siempre me pregunto como sufrirá una persona que se quema por perder el alma.

F.F. -Pero, ¿las piezas de arcilla sufren o no sufren?

D.E
. -Bueno sí, porque creo que eso tiene un cierto parecido a las quemadas de los hombres. Fíjese en las quemadas, ¿usted no sufre cuando se quema? Ahora bien, con respecto a las figuras. Usted sabe que eso es un yeso, sabe que eso es un poco de arcilla, pero la fe es tan grande que usted le dice a esa montaña que se mueva y esa montaña se mueve. Y se mueve más de lo que se imagina. Es la fe lo que te hace creer, no la imagen. La imagen es de yeso.

F.F. -¿Usted alguna vez ha pecado?

D.E.
-Claro, somos humanos, todos somos humanos Franklin. No somos perfectos, somos pecadores…

F.F. -Reitero. ¿Usted alguna vez ha pecado haciendo la obra?

D.E.
-Claro, se peca, se peca hasta por mirar. Hasta por mirar hay pecado… (risas de ambos).

F.F. -¿O sea que usted como artista está constantemente pecando?

D.E.
-Y el espectador también… (risas).

F.F. -La mirada del espectador es una mirada atenta. Pero, ¿es una mirada pura o impura?

D.E.
-Las dos cosas. Es pura y es impura. De algún modo el que contempla, se está llevando la obra.

F.F. -Una última pregunta para despedirnos ¿Qué es el arte para usted?

D.E.
-Yo diría que es una de las cosas más importantes que existe, es una de las cosas más importantes que tiene el hombre. El arte revela al hombre, le dice lo que es. En otras palabras, el arte revela lo que es la cultura de un pueblo.




Entrevista realizada en la Casa del pintor en Yaritagua, estado Yaracuy, 8 de mayo del 2008.